Que pena que el arranque de "The Guard" sea sólo eso, una muestra de que quizá esto debió ser un cortometraje de media hora y no un largo en el que lo que abre el filme desaparezca por convertirse en una película más de redención oculta bajo los códigos de las buddy movies. El personaje interpretado por el siempre genial Brendan Gleeson parte así de ser un irlandés de pura cepa -y orgulloso- que no se calla nada, para terminar por convertirse en todo lo contrario, aunque en sus diálogos siga habiendo algo de mala leche.

John Michael McDonagh, guionista de "Ned Kelly" (Gregor Jordan, 2003) debuta en el largometraje con un filme que no se atreve a llevar suficientemente lejos su premisa, añadiendo una subtrama dramática que no funciona como complemento al hilo narrativo principal, que gira en torno a las drogas y a un grupo de gangsters fantásticamente interpretado. Cheadle no es cómico y se nota (aunque tampoco molesta demasiado) así que la 'buddy movie' queda un poco coja a pesar del personaje de Gleeson, que en cierto momento cambia la ironía por lo vulgar. Una película que puede verse, con destellos cómicos, rodada de forma funcional y poco más. Las hay mucho peores (y no ambiciona más que ser un pasaratos), así que en el fondo también puede recomendarse aunque sea para pasar una tarde aburrida del domingo.