El inicio es bonito, con Londres de telón de fondo y con un perro Dálmata hablando en primera persona. Luego, las dos historias de amor en paralelo resultan agradables de ver para los sentidos. El problema viene en que la mayor parte de la historia se trata un asunto que es difícil de entender. ¿Para qué quiere Cruella Devil tantos dálmatas? No me queda claro.

Bonita la unión de los animales, ayudándose unos a otros para que toso salga bien entre todos. De nuevo, al final nos decepciona de nuevo, al ver que es imposible mantener en una casa típica londinense 101 dálmatas.

Por lo demás, bonita de ver, y sorprende ver cómo le ha respetado el tiempo a la película.