A lo largo de más de 40 días de confinamiento, empiezas a desear cosas direrentes a lo habitual. Esa noche de película y palomitas quería ver algo muy diferente y sin city produjo en mí esa sensación; es una combinación entre lo antiguo y nuevo y que está dormido muy profundamente y sólo se despierta cuando escuchas una buena música de aquella eterna época dónde el tiempo parece pararse. En resumen, me encantó lo excelentemente diferente a pesar de éstar tan ligado algo tan del pasado pero que sigue latente como son los cómics.