Clint Eastwood no es el único director capaz de hacer buenos westerns (aunque sí es el mejor, de eso no hay duda), prueba de ello es esta joya llamada "Open Range".
Poco considerada en el momento de su estreno, esta película es una auténtica maravilla de western intimista centrado en las relaciones de los personajes y con el aroma de los viejos clásicos, que supera en logros a la multipremiada "Bailando con lobos", ópera prima del Costner director.

El tramo final es una delicia que recuerda al cine de Peckinpah, de Ford y sobre todo, al duelo final de la gran obra de John Sturges, "Duelo de titanes". Mención especial merece Robert Duvall (lo de este actor no tiene nombre, siempre está perfecto).

Una película a rescatar, no sólo para los amantes del western.