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Uruguay Uruguay · Montevideo
Voto de Atilio:
8
Terror. Fantástico El jefe de una banda criminal contrata a un asesino a sueldo para que le traiga el dedo de una leyenda del jazz que está en las últimas. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Cómo lamento carecer del poder de convicción que me permita hacer que mucha, muchísima gente se atreva a ver esta magnífica película! Y no solo mis carencias de expresión conspiran para promover esta obra, también la desacertada clasificación del género que hace FilmAffinity y su ridícula y brevísima sinopsis se suman para hacer que la cinta pase, seguramente, desapercibida.

La primera aclaración es que, en mi modesta opinión, no se trata de una obra maestra ni nada parecido, pero hay aquí una rarísima, insólita y extravagante película que apoyándose en un argumento demencial pone en escena un trabajo brillante del elenco, diseñadores de producción, de fotografía y composición de la banda sonora.

En segundo lugar el tema es prácticamente inenarrable sin hacer spoiler, pero digamos que aborda la toma de conciencia de un sicario que decide acabar con un criminal negocio (del cual él mismo es parte) de explotación de niñas y varones adolescentes y de edades más pequeñas, enfrentándose a la mafia y su organización armada, a la nobleza decadente, a los políticos mendaces, a la policía corrupta y a toda una sociedad indiferente que habitan en un lugar no determinado.

Esa tarea la emprende como la persecución de un sueño de justicia y del deber de hacer bien las cosas. El tono empleado para contar la historia es, en principio, de misterio y va mutando poco a poco en el humor negro, en las situaciones sombrías y como la culminación de un espectáculo que prepara un gran "finalle" desemboca en sentimientos y acciones cada vez más oscuras, más angustiantes y a la vez más risibles por la descabellada historia que el guión propone. Poniendo el pie a fondo en el acelerador cuando llega el desenlace las consecuencias son inesperadas y absolutamente impactantes, entonces no puedes creer la desfachatez y la eficacia del trabajo que hacen los guionistas. Algo así como un "slasher" emocional que te deja acongojado.

El canadiense Stephen McHattie, quien en la vida real también es cantante como la casi mayoría del resto del elenco, compone a dos de los cuatro papeles protagónicos con una convicción y dramatismo desgarrador y es quien interpreta la canción final en medio de una debacle sangrienta, diciendo una letra que hace referencia a los sueños no cumplidos y a la felicidad de la gente. La norteamericana Juliette Lewis borda una extraordinaria viñeta de una condesa tiránica e histérica, con una participación que es una verdadera delicia. Mención especial para el actor islandés Tómas Lemarquis que parodia magistralmente a un vampiro sediento de sangre fresca, con un rostro natural que en un gran acierto del casting fue elegido para ese extraño rol.

Nunca antes había visto una historia tan estrafalaria. Nunca antes había quedado tan desconsolado y sin esperanza aunque la película me haya resultado muy entretenida. La recomiendo calurosamente.
Atilio
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