Cuando uno observa que en los créditos aparecen las figuras de director y de guionista es inevitable hacerse la pregunta del título.

Porque esta... película (de alguna manera hay que llamarla) carece, precisamente, de un guión y de un trabajo de dirección. Aunque se pretende presentar un formato de falso documental, todas las líneas de diálogo, los parlamentos solistas y algún ocasional relator no solamente parecen improvisados, son absolutamente redundantes, repetitivos, plagados de pausas suspensivas y de penosas exclamaciones de autobombo cuya traducción al español (todavía no entiendo cómo llegué hasta el final del trabajo sin mandar todo al diablo) fue una tarea titánica para lograr un mínimo de comprensión en los subtítulos del permanente balbuceo en que se desarrollan las voces en la banda sonora.

Más allá de lo resumido en la sinopsis de la ficha respecto al viaje interior emprendido tratando de llegar al nirvana, la historia cuenta los caprichos que una veinteañera tontuela, bancada económicamente por su familia rica, que se siente fascinada con cualquier pavada que se le presente en el camino de filmar su pretendido trayecto hacia la iluminación.

Existe toda una galería de personajes chantas, curreros, timadores, embaucadores, y otros mentirosos que le sacan el dinero a la niña rica, que podrían haberse convertido en lo más interesante si se hubiera optado por un tono de comedia. Pero la impertinencia de la protagonista que también parece haber escrito (¿?) el guión y que hace un constante elogio de su pretendida búsqueda de la trascendencia espiritual, impiden la risa y más bien podrían provocar el llanto del espectador por sentir vergüenza ajena.

La única explicación para el puntaje obtenido en IMDb es que la fortuna de la familia de la chica haya comprado mil voluntades (o fabricado mil perfiles falsos) para que la calificaran. Aquí mismo vuelvo a sentir, una vez más, la carencia del "cero" o la posibilidad de nota negativa en FilmAffinity que permitan ser justo en despropósitos como este.

Bodrio insoportable. Pero cada cual ejercerá la libertad de verla o no, más allá de este juicio. De todas maneras me resultaría interesante saber cuántos abandonarán el visionado antes de los 10 minutos.