Haz click aquí para copiar la URL
Uruguay Uruguay · Montevideo
Voto de Atilio:
9
Drama. Thriller Makwa, un joven muchacho Anishinaabe, tiene una vida muy dura. Suele aparecer por su escuela con golpes que asegura haberse hecho por caídas o accidentes, pero nadie le cree. Su único amigo, Ted-O, se escapa habitualmente al bosque para jugar allí, hasta el día en el que inesperadamente Makwa asesina a un compañero de clase. Tras encubrir el crimen, los dos muchachos siguen con su vida como si nada hubiese pasado. Ahora, ya en su vida ... [+]
9 de setiembre de 2021
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así da gusto ver cine. Con películas notables como esta vale la pena intentar hacer una reseña que aliente, instigue, provoque que mucha gente disfrute de una joyita inesperada. Porque “Wild Indian” no proviene de los grandes estudios ni cuenta con un presupuesto enorme. Pero está hecha a golpes de talento y maestría. Ejemplar primoroso del mejor cine independiente yanqui.

Apenas 79 minutos para plantear una historia, describir psicológicamente a todos los personajes (sean principales o secundarios), desarrollar el argumento con varias subtramas, y culminar sin estridencias ni golpes de efecto un drama perfecto pero terrible. El inicio es en 1980 en una reserva indígena de Wisconsin en donde dos amigos adolescentes de origen Anishinaabe (conjunto de tribus integradas por amerindios canadienses y del norte de Estados Unidos) sufren abuso escolar por su etnia y también intrafamiliar por violencia doméstica.

Lo perturbador de esta película es que esa realidad de castigos físicos y psicológicos no permiten de manera alguna explicar el asesinato de un compañero de estudios de la secundaria, casi como por azar o por simple gusto. Ni siquiera como consecuencia de celos de un adolescente, casi la representación de un Otelo contemporáneo que da comienzo a la tragedia. Crimen perpetrado por uno de los muchachos pero encubierto por el otro. Así es que simplemente cavan una fosa y, como dice casi al final la madre de la víctima, lo “entierran como a un perro”. Se establece un pacto de silencio y luego la trama pega un salto de 35 años adelante.

Los amigos se han separado siguiendo cada uno de ellos destinos diferentes, uno entra y sale en forma permanente de la cárcel por narcotráfico, y el otro termina en California haciendo carrera en el mundo de los negocios como ejecutivo de una empresa cuyo rubro no se especifica.

El tema central es que ambos personajes pretenden enterrar el pasado como hicieron con el chico muerto, pero ya no es posible. La culpa y el remordimiento del cómplice y la frialdad y el desprecio del asesino, impiden el olvido.

No se puede ahondar mucho más en el argumento porque es una tentación inconsciente caer en el “spoiler”. Sin embargo hay que destacar la excepcional labor de un elenco que hace creíble todo el rollo, en medio de un guión parco y amarrete de palabras, como en estado de gracia.. Casi todo se dice con gestos, miradas y con una maravillosa cinematografía que ubica la cámara en lugares perfectos para planos inolvidables. Por si fuera poco, el pulso firme de la dirección se da el lujo de dar una elegante vuelta de tuerca final que te deja con el corazón estrujado. Porque, hay que advertirlo, esta es una película muy dura y desgarradora que me permito recomendar efusivamente.
Atilio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow