Hay películas que, tal vez sin proponérselo especialmente, salen entrañables de verdad, tal y como La Princesa Prometida puede ser otra de estas películas que por algún motivo tal vez irrepetible se conjugaron todos los participantes para parir algo difícilmente repetible.

No es la mejor historia, no es la mejor fotografía aunque tal vez si la mejor localización, no son los actores top en su mejor momento, pero es una historia creíble, sincera, verdadéramente sensible y bañados todos ellos en una atmósfera que la hace única.

Cada personaje es único, cada aportación de Lancaster es, como ya sucedió en "Field of Dreams" un regalo para el espectador.