Una película pasable. Debo confesar que me aburrí un poco al ver esta película de dos actores algo envejecidos. La calidad interpretativa de ambos es innegable, pero en esta película me dio la sensación de que no hacían buena pareja protagonista. El guión es sosillo, y la cinta parece más un canto a la naturaleza y a la defensa del medio ambiente, que a darle importancia a la historia en sí, una historia que tampoco es nada del otro mundo. Un anciano aburrido y cansado de su vida monótona que quiere vivir una última aventura acompañado de otro anciano, y le toca en gracia alguien con quien realmente no quería ir, pero con el que se ve obligado a viajar si quiere cumplir su último sueño ya que todos los demás rechazan su idea.

En mitad de discusiones, persecuciones de maridos celosos, coqueteos con maduras de buen ver, excursionistas pesadas y bromistas, el viaje de punta a punta de un sistema montañoso de Estados Unidos se va haciendo cada vez más eterno para un dúo de históricos del cine americano que ya no sienten sus piernas. Y acaban desistiendo, como no podía ser de otra manera, no sin antes haber vivido muchas situaciones divertidas ajenas al viaje en sí.

Para quien tenga problemas de conciliación del sueño, se trata de una película bastante apropiada. Un buen somnífero. Para quien no tenga demasiadas pretensiones con el cine en general, puede pasar un rato entretenido, sin más. Pero, en líneas generales, no me impresiona esta cinta en absoluto. No ofrece mucho más que paisajes espectaculares y algunas que otras escenas cómicas. Poco más.