Más que la guerra o el romance destaca en esta historia el coraje de quien vive y muere por una pasión. De quien lo deja todo, enfrentándose a desiertos, traiciones, a una carrera contra el tiempo por cumplir una promesa. De quien tiene tan claros sus objetivos que no le importa aliarse con los "enemigos", que no le importa morir después y sólo después de darlo todo por cumplir esa promesa. Junto al coraje de este hombre también se ve el dolor de otro a quien él mismo se lo causó. Y es que este es el otro gran protagonista: el dolor. Está presente en múltiples facetas. De él se muestran sus consecuencias físicas, sin olvidar los estragos de una guerra. De cómo éste puede llevar a la venganza, a una persecución sin límites que sólo detiene la existencia de otro mayor. Se ve que también produce compasión y perdón. Un perdón que también afecta a este paciente haciendo ver que no hay peor carga que la propia culpa aún siendo inocentes. ¿Cómo se puede vivir consumidos por el remordimiento?
Los actores excelentes. A la altura de ese clima denso y asfixiante del desierto.