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Voto de antonalva:
7
Comedia En una cena entre cuatro parejas, que se conocen de toda la vida, se propone un juego que pondrá sobre la mesa sus peores secretos: leer en voz alta los mensajes, y atender públicamente las llamadas, que reciban en sus móviles durante la cena. Remake del exitoso film italiano "Perfetti sconosciuti" (2016), de Paolo Genovese.
14 de diciembre de 2017
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son muchos los llamados, pero pocos los elegidos… La comedia es un género más difícil y esquivo, porque parece sencillo hacer reír, pero se antoja un cometido ingrato y tortuoso cuando se falla en el empeño, ya sea quedándose sin el premio de la ansiada risotada o provocando indecorosos bostezos e incluso sentimientos de vergüenza ajena. Por ello, resulta encomiable el empeño voluntarioso y la insistencia desinhibida de Álex de la Iglesia por la comedia en cualquiera de sus vertientes: el esperpento, la parodia, el enredo, la bufonada, el delirio, etc. Y por bien o regular que lo haga, casi siempre resulta interesante y entretenido, quizás porque conoce como ninguno los más secretos e insondables mecanismos del tinglado.

Y estamos ante un innegable acierto, lleno de fuerza, gracejo, brillantez, agudeza y chispa que contagia la risa y el buen humor casi desde el inicio y que no se permite desfallecer durante su breve, frenético y sabroso metraje. La situación única se vuelve un festín para el espectador, que asiste agradecido a una cascada de carcajadas, sonrisas y muecas de satisfacción que consiguen disimular la mínima enjundia de la trama (que no es sino un pretexto), centrándose en ofrecernos un desternillante catálogo de tópicos, lugares comunes, trivialidades y artificios que funcionan como un engrasado reloj de precisión, sin tiempos muertos ni digresiones, sin olvidarse en ningún momento que sólo pretende hacernos sonreír o troncharnos (según la inclinación y gusto de cada cual) y lo consigue sin falsos disimulos ni remordimientos pedestres.

Aunque se basa en una reciente película italiana, la cinta evoca lo que antaño se denominó la ‘comedia madrileña’, puro estallido de humor castizo y cañí pero no exenta de cierta malicia endiablada, iconoclasta y norteña, sacándole punta a todos sus personajes, por romos o planos que nos pudieran parecer a simple vista. El colmillo retorcido de su director y coguionista nos permite disfrutar de la escabechina blanca y sin aderezos que despliega un inteligente y conciso guión trufado de picardía y aderezado con sorna, aunque la historia sea más simple y banal que el mecanismo de un chupete. El acierto está en centrarse y exacerbar su desaforado ritmo que nos obliga a obviar cualquier reserva que pudiéramos tener.

Para ello cuanta con uno de los mejores repartos corales de la reciente cartelera española, mereciendo destacarse entre todos ellos a Belén Rueda, Ernesto Alterio, Juana Acosta y Dafne Fernández, aunque todos ellos brillan con descarado aplomo y alborozado encanto. El que quizás alguno de nosotros nos podamos ver retratados en lo que se cuenta, añade un extra de astucia, regodeo y picante al manjar. Regocijante.
antonalva
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