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Voto de Quatermain80:
9
2002
David Simon (Creador), Joe Chappelle ...
8,8
49.559
Serie de TV. Thriller. Drama
Serie de TV (2002-2008). 5 temporadas. 60 episodios. En los barrios bajos de Baltimore, se investiga un asesinato relacionado con el mundo de las drogas. Un policía es el encargado de detener a los miembros de un importante cártel. La corrupción policial, las frágiles lealtades dentro de los cárteles y la miseria vinculada al narcotráfico son algunos de los problemas denunciados en esta serie. Parece inspirarse en series modernas como ... [+]
1 de mayo de 2010
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si quisiéramos definir en pocas palabras el objetivo que esta serie persigue podríamos concluir que, en esencia, constituye una penetrante radiografía de la vida de una ciudad, Baltimore, partiendo del fenómeno criminal del tráfico de drogas, pero trascendiéndolo hasta conseguir plasmar el funcionamiento de una sociedad, que nos es mostrada a través de unos personajes complejos y realistas.
Nada más y nada menos que eso es lo que consigue "The Wire"; plasmar la realidad de un lugar, sus problemas, sus gentes, y hacerlo con la brillantez y credibilidad de una gran obra artística, sin apresuramientos, sin personajes planos ni tramas innecesarias. Es una serie que más allá de las particularidades de sus cinco temporadas, requiere ser visionada en orden, con calma, porque cada episodio, cada personaje y cada situación constituyen fragmentos de un mosaico que encaja a la perfección.
Otra de sus grandes virtudes estriba en el medio a través del cual la realidad de Baltimore nos es mostrada en todas sus perspectivas y variantes: los personajes. Todos ellos son vehículos narrativos por si mismos, contienen tanta verdad, tantos matices, que su presencia, incluso cuando se trata de secundarios, se hace imprescindible para el desarrollo de los argumentos. ¿Cómo entender el oeste de Baltimore sin Barksdale, Omar, Bubbles, Marlo...? Y lo mismo cabe decir de la policía, los estibadores, la política, las escuelas, las redacciones periodísticas, todos ellos ámbitos que sirven de ejes centrales para cada una de las temporadas de la serie, y que deben su veracidad y brillantez a los personajes que en ellos encontramos.
En "The Wire" no ganan los buenos, ni tampoco los malos; la ausencia de maniqueísmo con que se abordan las situaciones propicia que podamos encontrar acciones honorables en un criminal y deshonrosas en un policía; que un político o un abogado tengan menos moral que un ladrón, y que un drogadicto imparta lecciones de tenacidad y rehabilitación personal. Así, la línea entre el bien y el mal se difumina, se oscurece, y son las actitudes y decisiones de cada personaje las que al final constituyen un triunfo o un fracaso. Así son las cosas, o como diría Avon Barksdale, o cualquier camello de las esquinas, "así es el juego".
Sigue en spoiler, sin revelar detalles.
Nada más y nada menos que eso es lo que consigue "The Wire"; plasmar la realidad de un lugar, sus problemas, sus gentes, y hacerlo con la brillantez y credibilidad de una gran obra artística, sin apresuramientos, sin personajes planos ni tramas innecesarias. Es una serie que más allá de las particularidades de sus cinco temporadas, requiere ser visionada en orden, con calma, porque cada episodio, cada personaje y cada situación constituyen fragmentos de un mosaico que encaja a la perfección.
Otra de sus grandes virtudes estriba en el medio a través del cual la realidad de Baltimore nos es mostrada en todas sus perspectivas y variantes: los personajes. Todos ellos son vehículos narrativos por si mismos, contienen tanta verdad, tantos matices, que su presencia, incluso cuando se trata de secundarios, se hace imprescindible para el desarrollo de los argumentos. ¿Cómo entender el oeste de Baltimore sin Barksdale, Omar, Bubbles, Marlo...? Y lo mismo cabe decir de la policía, los estibadores, la política, las escuelas, las redacciones periodísticas, todos ellos ámbitos que sirven de ejes centrales para cada una de las temporadas de la serie, y que deben su veracidad y brillantez a los personajes que en ellos encontramos.
En "The Wire" no ganan los buenos, ni tampoco los malos; la ausencia de maniqueísmo con que se abordan las situaciones propicia que podamos encontrar acciones honorables en un criminal y deshonrosas en un policía; que un político o un abogado tengan menos moral que un ladrón, y que un drogadicto imparta lecciones de tenacidad y rehabilitación personal. Así, la línea entre el bien y el mal se difumina, se oscurece, y son las actitudes y decisiones de cada personaje las que al final constituyen un triunfo o un fracaso. Así son las cosas, o como diría Avon Barksdale, o cualquier camello de las esquinas, "así es el juego".
Sigue en spoiler, sin revelar detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No me resisto a comentar las características de algunos personajes, dado su interés.
De entre los narcos yo destacaría a Avon Barksdale, un tipo fajado en las calles, pero que respeta sus códigos, así como el honor, la palabra dada y la familia. Stringer Bell, una especie de "consigliere" con gran talento empresarial y organizativo, pero al que sólo le interesa el negocio. Marlo Stanfield, un gángster sin escrúpulos, obsesionado con el poder, el cual mantiene ejerciendo el terror. Son también muy atractivos Di Angelo y Proposición Joe.
En el gremio policial brilla el autodestructivo MacNulty, magnífico policía, con instinto, inteligencia y tenacidad, pero dañino para los que le aprecian, y subversivo con los que le mandan. Lester Freamon, un estratega, un hombre de vuelta de todo, un sabio. Bunk es el amigo al que todos aspiramos. Interesan también Khima, Rawls, Lanzman y Carver.
De los demás, resultan muy estimables Carcetti, un político con ganas de cambiar la realidad de Baltimore y que pronto descubrirá que para ello deberá traicionarse a si mismo y a sus principios; Colvin, antiguo comandante de policía, con verdadera voluntad de servir y proteger; Michael, un chico con posibilidades e inteligencia, pero al que la realidad familiar y el entorno le obligan a inclinarse al mal. Y tantos otros, como Bodie, los griegos, los estibadores, los abogados y fiscales, los drogadictos... todos ellos se mueven magníficamente por las excepcionales localizaciones de la serie, rodada en la propia Baltimore, con eficaz ambientación.
Pero por encima de todos, de tantos personajes tan bien concebidos, tan reales y creíbles, resulta que mi preferido es el más fantástico, el que más se asemeja a un personaje de ficción, casi un Robin Hood de suburbio: nadie brilla tanto como Omar cuando se dispone a dar un golpe, abrigo y escopeta recortada en ristre, mientras silba su amenazadora melodía.
De entre los narcos yo destacaría a Avon Barksdale, un tipo fajado en las calles, pero que respeta sus códigos, así como el honor, la palabra dada y la familia. Stringer Bell, una especie de "consigliere" con gran talento empresarial y organizativo, pero al que sólo le interesa el negocio. Marlo Stanfield, un gángster sin escrúpulos, obsesionado con el poder, el cual mantiene ejerciendo el terror. Son también muy atractivos Di Angelo y Proposición Joe.
En el gremio policial brilla el autodestructivo MacNulty, magnífico policía, con instinto, inteligencia y tenacidad, pero dañino para los que le aprecian, y subversivo con los que le mandan. Lester Freamon, un estratega, un hombre de vuelta de todo, un sabio. Bunk es el amigo al que todos aspiramos. Interesan también Khima, Rawls, Lanzman y Carver.
De los demás, resultan muy estimables Carcetti, un político con ganas de cambiar la realidad de Baltimore y que pronto descubrirá que para ello deberá traicionarse a si mismo y a sus principios; Colvin, antiguo comandante de policía, con verdadera voluntad de servir y proteger; Michael, un chico con posibilidades e inteligencia, pero al que la realidad familiar y el entorno le obligan a inclinarse al mal. Y tantos otros, como Bodie, los griegos, los estibadores, los abogados y fiscales, los drogadictos... todos ellos se mueven magníficamente por las excepcionales localizaciones de la serie, rodada en la propia Baltimore, con eficaz ambientación.
Pero por encima de todos, de tantos personajes tan bien concebidos, tan reales y creíbles, resulta que mi preferido es el más fantástico, el que más se asemeja a un personaje de ficción, casi un Robin Hood de suburbio: nadie brilla tanto como Omar cuando se dispone a dar un golpe, abrigo y escopeta recortada en ristre, mientras silba su amenazadora melodía.