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España España · palma
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6
Drama Cuando la famosa historiadora norteamericana Deborah E. Lipstadt acusó a determinados periodistas e historiadores de negacionistas en su libro "La Negación del Holocausto", fue denunciada por el negacionista británico David Irving, un famoso periodista e historiador admirador de Hitler, y que se querelló en 1996 contra ella por difamación. Entonces Lipstadt se propuso derrotar a Irving y los negacionistas en Inglaterra únicamente con ... [+]
27 de agosto de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El que la historia la escriben los vencedores no es nada nuevo bajo el sol.
Lo novedoso que presenta este relato del enfrentamiento legal "Irving contra Lipstadt" es la rotundidad con la que se enfrentó la historiadora y sus abogados contra el "negacionismo soft-core", esto es, negacionismo de baja intensidad, de Irving.
De entrada nos predisponen en contra del autor británico nazi representándolo como alguien "difícil de ver", eligiendo expresamente la fealdad más manifiesta en los planos del actor que lo interpreta, Timothy Spall, y rozando la caricatura. Resulta que éste actor que lo interpreta no tiene barbilla, tiene micrognatia aislada de mentón retraído, a lo que se suma una nariz prominente y los estragos que causan el paso de los años. Rastreando la red conocemos al autor real. No es el más agraciado físicamente pero presenta "prognatismo" o exceso de mentón. Por poca simpatía que se le tenga al personaje se debe reconocer la que se trata de una intencionada venganza
En la película no vamos a encontrar una exposición rigurosa de los hechos. Es una exaltación ostentosamente propagandística, sin pudor ninguno, de la teoría oficial del holocausto que sufrieron los judíos a manos de los nazis justificada con el pretexto de la presunta "humildad" que debe asumir una norteamericana en la corte de justicia inglesa. Lipstadt se nos presenta con tintes mesiánicos reinvindicándo para sí toda la trascendencia del mundo por la legitimidad que supusieron los sufrimientos atroces en el holocausto del pueblo judío. Los abogados de la editorial la mandan callar y ella hace ese "gran sacrificio en bien de la humanidad" (el de tener la boca cerrada)
Por lo visto hasta 2011 era obligatorio en los juicios un protocolo de vestimenta que incluía una ridícula peluca. La excusa era (¿?) para protegerse de los acusados y otras explicaciones incomprensibles varias. En los años del proceso aún estaba vigente esa norma y eso acentúa la "peculiaridad" británica frente a la manera de ser americana, completamente alejada de protocolo y boato inglés.
Particularmente no albergo ningún género de dudas sobre el holocausto, no por creerme la versión oficial, sino por ser de público conocimiento y de fácil comprobación la gran eficiencia del pueblo alemán. La declaración universal de los derechos humanos ocurre en la posguerra, 1948, fruto directo de la reacción escandalosa que tuvo el conocimiento global de lo que pueden suponer las atrocidades cometidas en las guerras (y en la no guerras)...

En el fondo la película no es más que una carrera entre ingleses y americanos en la que quieren demostrar quien es más proselitista de la causa judía. Y para eso la figura de David John Cawdell Irving es un caramelito
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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