Maridos y mujeres de Woody Allen, es un drama basado en múltiples relaciones y sus respectivas crisis de pareja, así como de todo el entorno que les rodea. Dirigida con un ritmo activo y vigoroso, y al estilo usual y frecuente del director, es enrevesada en sus diversas historias personales y su contexto, siendo por tanto íntima y subjetiva, pero acercándose peligrosamente a una realidad difícil de aceptar. Realizada de modo impecable y asombroso, tiene un resultado ingenioso y excelente que resulta incitador para cualquier pareja enamorada.
La fotografía, es rica en matices e inspiradora, al tener imágenes espléndidas y decorativas, y por mezclar con mucho acierto la luz tenue en interiores y la lumínica en los exteriores. La música, propia del director con canciones de bandas al principio y al final del film, son bellas y atractivas con sus sonidos gratos y deleitosos que inspiran y estimulan. Y los movimientos de cámara y planos, realizan una extraordinaria labor con cámara en mano, tercera persona, subjetivo, seguimiento, reconocimiento, primerísimos, avanti, retroceso y planos voyeur, que son estéticamente admirables y adecuados para el film.
Las actuaciones, son inteligentes y legítimas. Con Woody Allen cautivador y genuino, Mia Farrow sensible y emotiva, Sydney Pollack convincente y manifiesto, Juliette Lewis sensual y espléndida, y señalados acompañamientos de Judy Davis, psicológicamente inestable e irascible y Blythe Danner entre otros. Usando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y estilosos en gran parte de los personajes, que son sugestivos y distinguidos en una acertada dirección artística que marca claramente la posición social de los personajes.
El guion, escrito por el mismo director, es sarcástico e irónico, ya que está bien trabajado en sus embrollos de pareja que provocan reacción, sobre todo en el público más conservador sentimentalmente hablando. Y está argumentado de forma interesante y verosímil, realizando con él una gran labor. Con una narrativa variada según el personaje, iracunda y directa por un lado, y tranquila y tímida por el otro, pero en definitiva equilibrada y académica. Y con un soberbio montaje que usa el flash-back con recuerdos y entrevistas, que explican la historia desde el punto de vista subjetivo de cada uno de los personajes, marcando claramente cada una de sus personalidades, y en especial sus puntos negativos.
Para finalizar, la considero una de las obras indispensables y esenciales en la filmografía del director, ya que sus múltiples historias narradas desde el punto de vista subjetivo de cada uno, es original y provocador hacia el amor duradero, puro y sincero. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que hacen de Maridos y mujeres, un film absorbente, entretenido e incitador, para cualquier cinéfilo exigente.