El circo de Charles Chaplin, es una comedia de cine mudo, que cuenta la historia de Charlot en el circo. Dirigida con un ritmo desenfrenado, consigue un impecable resultado, personal y propio, que narra una historia maravillosa, de forma inteligente y arrolladora.
Las actuaciones, son soberbias y una de las más divertidas e hilarantes de Chaplin, repitiendo actuación Henry Bergman, y con un elenco de actores que completan un maravilloso reparto con la única intención de hacer reír al espectador. Como siempre, con una narrativa visual expresiva increíblemente conseguida, sin necesidad de diálogos, dando a entender en todo momento al público lo que el director quiere, ya sea humor o emoción.
El guión, contiene algunos de los sketch más memorables del vagabundo Charlot que quedaron para el recuerdo, y está argumentado de modo atractivo y acertado para el público, con escenas cómicas que se repiten una tras otra. Destacando en esta ocasión, algún efecto especial que otro, que sorprende para el momento en que se rodó la cinta.
Musicalmente, es emotiva y cercana, obra del mismo director, que acompaña de forma idónea y competente la acción, con sonidos encantadores y rítmicos que encantarán a toda la familia. Y los vestuarios, caracterizaciones y decorados, están trabajados al detalle siendo sugerentes al lugar y momento en cuestión. Destacando también, algunos travelling y movimientos de cámara ingeniosos e inteligentes, para sacar lo mejor de sí, de algunas escenas que logran captar toda la atención del público.
Por lo que, en líneas generales, la considero una de las mejores obras del incomparable director, totalmente indeleble e imprescindible dentro de sus obras maestras, y recomendable para todos aquellos que busquen el buen humor y la mejor comedia muda.