Evil (Ondskan) de Mikael Hafström, es una drama basado en el acoso escolar. Bien dirigido con un ritmo apropiado y de forma competente, engancha al espectador gracias a una buena trama que podría haber terminado de forma brillante, pero que se queda en satisfactoria.
El guión es absorbente y penetrante, manejando con maestría las injusticias que los mayores cometen sobre los novatos y menores en un colegio exclusivo, y lo lleva a cabo de forma inquietante y estremecedora, llegando a calar en un público que siente por ello indignación.
Las actuaciones, son correctas y convincentes, y en el caso de Andreas Wilson, con personalidad fría y definición brillante, empatizando con el espectador. Los diálogos eso sí, son arquetipos de colegiales duros llenos de tópicos, cuando en el fondo no son tan duros.
Los vestuarios y caracterizaciones, están bien trabajados y evocan en todo momento a la época de los 50, recordando canciones típicas de la época y mencionando a Elvis. Y la música que acompaña a la acción, es melódica, bella y emotiva aunque sin abusar, solo utilizada en determinados momentos para acrecentar los sentimientos del público.
En definitiva, un film inesperadamente notable, dotado de varios puntos como trama, música, actuaciones y caracterizaciones dignos de ver. Y aunque desde mi punto de vista podría haberse conseguido más, lo recomiendo para todos aquellos que les gusten los dramas llenos de injusticias, honor y dignidad, resueltos de manera sincera y satisfactoria.