La ópera prima de Martial Fougeron es la crónica de una maltratadora emocional y física en una extraña relación de madre-hijo, donde la posesión y el mimo demuestran que a vez el roce no hace el cariño.

Se muestra un realismo en la presentación de esa familia de clase media con padre intelectual y personajes pasivos que viven en universos propios sin importarle lo que les pase a los demás, que como indica la propia película hubiesen podido hacer algo. Es un filme austero con necesarias dosis claustrofóbicas y donde la frialdad puede resultar tremendamente incomoda al espectador. Fougeron consigue materializar un drama psicológico doméstico que no esconde nada desde su primera secuencia: esto sólo puede acabar en tragedia. Como si fuera ese lejano titular de un periódico y del que se opina sin saber nada de los verdaderos hechos y realidades escondidos. Aquí se esconde dos importantes interpretaciones de madre e hijo y otro titular importante: Ganadora de la concha de oro en el festival de San Sebastián.