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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
3
Ciencia ficción. Fantástico. Romance El día de las elecciones al Senado, el joven y carismático político David Norris (Matt Damon) conoce a Elise Sellas (Emily Blunt), una guapa bailarina de ballet que altera completamente su vida. Cuando Norris empieza a sospechar que ciertas fuerzas sobrenaturales intentan separarlos, tratará de averiguar las causas. Debut en la dirección del guionista de "El ultimatum de Bourne". (FILMAFFINITY)
22 de abril de 2011
30 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Vivir en la inopia y en la ignorancia o conocer toda la verdad que puede herir tu corazón de muerte (mortal)?

Ante grandes y profundas preguntas lo mejor es divagar y hacer una película made in Hollywood:
¿Elegir el amor o cambiar de marca de tampones? ¿Darse un morreo en un baño con una desconocida puede cambiar la vida de alguien o que te tiren un café hirviendo en la entrepierna es la nueva flecha de Cupido? ¿Ser Bourne o Maaaaat Daaaamon?

Vestido rojo y traje de franela del Corte Inglés en la azotea de un centro comercial. Sombras con sombreros que parecen dirigir los destinos de la humanidad menos los designios del amor. Oh, la pasión entre un político y una bailarina de ballet mueve montañas de pana y nos guía a la taquilla más próxima. Hay que hacer caja para que el amoroso box office triunfe. Si “Destino Oculto” estuviera basada en el romances Bruni-Sarkozy podría tener un pase pero esos aspavientos y lecturas romántico-bobaliconas sobre ciencia ficción muestran deficiencias new-p-age.

“Destino oculto” es tan Philip K. Dick como “Pasión de gavilanes”. Hay un equipo de señores que se dedican a ajustar sucesos y que controlan el destino de la humanidad a través de una cadena de mando que ya quisiera una corporación multinacional… Aunque aquí sea simplemente de estética… Bueno, hasta aquí puedo leer… pero todo lo anterior es lo único que uno puede encontrar del autor de “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” porque aquí hay tomate… ¡rosa! Que si te quiero mucho pero no queremos que estemos juntos, que si me voy a comprar un bono bus y se te cae el café en el ‘entrefajo’ para que me mires a los ojos y te diga lo bonito que tienes el pelo de la ceja… En fin, que hay que correr y distanciarse para amar pero lo más importante es ponerse sombrero, cruzar puertas y hacer política. Ganarse el voto y el pan. “Destino Oculto” no tiene desde el luego el mío y como mucho puedo lanzar un mendrugo duro en la cabeza del director.

Por supuesto las lecciones morales y de política son baratas y con mentiras por doquier. Así es el amor basado en la confianza. El punto es fugarse sobre un destino que no está escrito pero es impuesto a los enamorados. Todo es tan ramplón que el filme de George Nolfi únicamente funciona en sus intrigas bajo la sombra de un thriller con destino oculto. Aquí no existe el libre albedrio salvo puntuar esta película con la nota que ninguna fuerza sobrenatural o ratón-güija nos pueda imponer.
Maldito Bastardo
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