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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
1
Comedia. Drama. Fantástico Jack McCail es un tipo bastante hablador, pero un día descubre que si pronuncia más de mil palabras morirá. (FILMAFFINITY)
30 de junio de 2013
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imagínese que está plantando un pino en un soleado jardín. Imagínese que entre el espatarramiento, apretón y caída de la gran semilla… emerge del suelo un árbol repleto de hojas… y esas hojas representan cada una de las pocas neuronas que componen y le quedan en el cerebro. Sí, las cuenta y no hay tantas… Son 1000. ¿Qué hacemos con 1000 neuronas? ¡No se enoje! ¡Usted tiene la culpa por ver tantos BODRIOS o leer sobre ellos! ¡Dedíquese a ir únicamente a la filmoteca a ver películas húngaras de cinco horas sin diálogos y leer Caimán Cuadernos de Cine! Lamentablemente esas 1000 neuronas se evaporarán durante la visión de “Mil palabras” e incluso leyendo los siguientes párrafos… ¿¡Sigue todavía dispuesto!?

La lectura, como las instrucciones del papel higiénico, podría ser prometedora: 1000 hojas, 1000 palabras para morir. Debemos cuidar nuestro árbol y vida, regar cada tallo y porción de tierra con la misma necesidad con la que respiramos… sembrar el camino para que florezca el futuro. Olvídese de que cualquier poesía aquí al menos que considere que dilatar un recto para soltar su gran piñón diario tiene tratamiento bucólico. Tenemos tanteos con un padre-cabrón cuyo rol parece ser una herencia y maldición para el vástago, tiralíneas emocionales, traumas laborales basados en la falsedad/hipocresía del negocio y conflictos matrimoniales. ¿Seré ese padre que fue mi padre o la liaré padre antes de vaya donde está mi padre? ¿Podré decirle a mi maroma lo mucho que la amo y necesito si tengo la boca tapada con cinta adhesiva? ¿Seré ese mojón que fue mojón? Que Eddie Murphy sea afroamericano no significa que sea un mojón bípedo… ¡NO SEAN RACISTAS! Aunque esos encuentros introspectivos con su YO pasado, como si estuviera en “Origen” o “Matrix”, sí que son racistas con esa diarrea de maripositas y mariposones. ¡Vaya cagada! Y con tonos sepias-marroncitos, oigan.

Y luego está el argumento: Eddie Murphy interpreta a un agente literario que escupe palabras cual metralleta y consume más cafeína, como energía revitalizante, que en todos los episodios de “Camera Café” cada día de su vida. El karma no se hace esperar cuando se topa con gurú hindú y las palabras deben racionarse… Tanto, que bajo el amparo de su absoluta estupidez, no es capaz de indicar a su mujer (Kerry Washington) aquello que está sucediendo. Al parecer, todos los personajes que habitaban su vida vocacionalmente laboral también se han vuelto estúpidos (para los listos que eran) y nadie se atreve a preguntarse qué está sucediendo. ¿Importaba? ¿De verdad? Realmente poco o nada funciona en “Mil palabras” salvo la lengua universalmente friki de las figuras y sus voces recurrentes. Y por no contar ese monumental FAIL final gracias a nuestro doblaje que narro en el spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maldito Bastardo
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