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Voto de xurxobranco:
9
Documental Esta película documental fue rodada en el año 1988 por una productora francesa con colaboración de una cadena de TV. Obtuvo el Premio Especial de la Crítica en el prestigioso Festival de la Rose d'Or de Montreux y fue emitido por cadenas de 43 países de 5 continentes. Pero nunca en España. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Cabrero, le chant de la sierra (Martine Voyeux, Amar Arhab, Béatrice Soulé, 1988) es una producción francesa para televisión que retrata la vida del cantaor José Domínguez, conocido artísticamente como El Cabrero. En 1988, su figura es extraordinariamente popular en Andalucía y es habitual verle embarcado en giras nacionales e internacionales. Su relieve público está también unido a su militancia en el movimiento anarquista y el apoyo al alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo. El documental describe la actividad diaria del cantaor como humilde pastor de cabras en Aznalcollar, su ideario y ética personal, e incluye un concierto realizado en apoyo a las ocupaciones de tierras efectuadas en Marinaleda. La mirada de los realizadores puede pecar de cierta fascinación romántica hacia el arrollador carisma del cantaor, pero es un retrato único de un artista que, en ese momento, es un fenómeno social y un documento valioso que nos permite asomarnos a un entorno que, literalmente, no tiene cabida en la televisión española de los años ochenta. La cinta será estrenada en La Sept y TF1, aclamada en los principales medios impresos franceses, premiada en el festival Rose d’Or de Montreaux, comprada por Canal + France y emitida en cuarenta y tres países. Pero no en España. Ninguna televisión nacional querrá emitirlo, ni siquiera Canal Sur, que notificará que no encaja en su programación. Es indefendible e incompatible con la función de servicio público que un canal autonómico se niegue a programar un documento de un valor e interés cultural aplastante. El filme no existirá para el público hasta la aparición de Youtube.

Al ver la película se tiene la sensación de contemplar un paisaje humano que ha sido sustraído del imaginario visual de la España democrática. El discurso personal del Cabrero, que se enorgullece de pertenecer al ámbito rural, que no quiere enriquecerse, que defiende el sector primario y la dignidad y libertad del trabajo manual se halla en las antípodas del relato triunfalista, europeizante y neoliberal de un PSOE en plena cultura del pelotazo, en su camino desaforado hacia los fastos del 92. La idea de que un artista de éxito internacional mantenga su trabajo como pastor es una enmienda a los valores promocionados por la Cultura de la Transición. No es la imagen que interesa. Por otro lado, el compromiso con la lucha colectiva de Marinaleda, la aparición en la cinta del propio Sánchez Gordillo ocupando la finca de El Humoso junto a varios jornaleros y jornaleras, así como los fragmentos de un mítin andalucista debieron de resultar inasumibles para la televisión de la Junta de Andalucía. Pero no solo podemos hablar de contenido político, sino de factores simbólicos. Las imágenes que se convocan en el segmento final del documental nos muestran otra España, una España oculta de los medios y los relatos hegemónicos de la década de los ochenta, que no forma parte de la consensocracia y cuya iconografía apunta, una vez más, al tabú de 1936. Una muchedumbre de hombres y mujeres de todas las edades cantando con el puño en alto, reclamando tierra y libertad, mientras todavía dura el eco de la letra del Cabrero: “Piden tierra y se la niegan, tierra para trabajar. Hay otros que piden más, armas para hacer la guerra, y a esos sí que se las dan”. Esas imágenes de 1988 comparten junto a Rocío la representación de una cultura popular, campesina y jornalera, de tradición anarquista y voluntad colectiva de autogestión. Otro tabú que la Cultura de la Transición no puede asumir, a saber; que existen vías democráticas populares alternativas al sistema de partidos imperante. Ambas películas intentarán además devolver esa cultura popular —tan utilizada por el franquismo para homogeneizar la identidad nacional— a su sentido original.

La Circular
xurxobranco
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