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Voto de Jackie Daytona:
10
7,2
4.028
Drama
En Stockton, ciudad de California, un veterano púgil en decadencia (Stacy Keach), que sobrevive trabajando como jornalero agrícola, conoce a un muchacho que quiere ser boxeador (Jeff Bridges) y se lo recomienda a su antiguo mánager, otro perdedor. "Fat City" es una expresión de la jerga boxística que quiere decir "Paraíso en la Tierra". (FILMAFFINITY)
12 de julio de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tully (Stacy Keach), antigua promesa del boxeo, se encuentra en el gimnasio con Ernie (Jeff Bridges), un joven habilidoso que le recuerda a él mismo.
Una de mis películas favoritas de Huston. Oda a los vencidos, a los atrapados en una existencia triste, a aquellos que una vez perdieron el rumbo y no lo han sabido recuperar; homenaje a todos esos seres curtidos de golpes, aferrados a sueños sin futuro, a relaciones sin esperanza, náufragos del alcohol, quienes viven la vida detenida, donde un día es igual al anterior y al siguiente y donde el tiempo se llena de minutos vacíos, perdedores abocados a una derrota perpetua pero siempre dispuestos a levantarse y seguir luchando.
No hay en el film ni uno solo de los actores que no parezca alguien sacado directamente de la calle. Las frases, secas y contundentes, transmiten una verdad fría y desesperada. Fat City es más que una escena inicial y otra final portentosas, más que la voz ronca de Kris Kirstofferson cantando a la desolación, es el retrato de una melancolía indisoluble.
Despertar en un antro de mala muerte sin nada más que lo puesto y una botella de whiskey barato sobre la mesilla. Y no saber qué hacer. Eso es Fat City.
Una de mis películas favoritas de Huston. Oda a los vencidos, a los atrapados en una existencia triste, a aquellos que una vez perdieron el rumbo y no lo han sabido recuperar; homenaje a todos esos seres curtidos de golpes, aferrados a sueños sin futuro, a relaciones sin esperanza, náufragos del alcohol, quienes viven la vida detenida, donde un día es igual al anterior y al siguiente y donde el tiempo se llena de minutos vacíos, perdedores abocados a una derrota perpetua pero siempre dispuestos a levantarse y seguir luchando.
No hay en el film ni uno solo de los actores que no parezca alguien sacado directamente de la calle. Las frases, secas y contundentes, transmiten una verdad fría y desesperada. Fat City es más que una escena inicial y otra final portentosas, más que la voz ronca de Kris Kirstofferson cantando a la desolación, es el retrato de una melancolía indisoluble.
Despertar en un antro de mala muerte sin nada más que lo puesto y una botella de whiskey barato sobre la mesilla. Y no saber qué hacer. Eso es Fat City.