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Voto de La mirada de Ulises:
5
Drama Cuando Ayse celebra su boda en el pueblo en el que vive, todos creen que se ha casado con Hasan, un joven poco mayor que ella. Pero, en realidad, Ayse abandona Turquía para convertirse en la segunda esposa de Mustafá, el padre de Hasan. Al llegar a su nuevo hogar en Viena algunos de los hijos mayores le dan la espalda; en cambio Fatma, la primera esposa de Mustafá la acoge afectuosamente porque ve en ella a su sucesora, la mujer que ... [+]
7 de abril de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un poblado turco, Ayse se casa con Hasan en una boda que levanta sospechas y donde falta alegría. De regreso con su marido a Viena, vemos que Fatma -la madre de Hasan- está enferma de cáncer y que entre todos se ha pactado un matrimonio que dé a su marido Mustafa y a sus hijos otra esposa y madre para cuando ella falte. Mientras, será "la segunda mujer"... que deberá superar el rechazo de unas hijas que ven con recelo cómo ha pasado a ser la preferida de su madre. Con pinceladas pictóricas y un texto que se despeña por terrenos melodramáticos, Umut Dag busca un choque de civilizaciones en torno a una familia que vive de tradiciones y un entorno de modernidad que se permite algunas licencias, feminismo y homosexualidad incluidos. "La segunda mujer" es también una radiografía de la mujer en el mundo islámico, con matrimonios de conveniencia, malos tratos y un servilismo que se resiste a desaparecer en su contacto con Occidente.

Si tenemos que alabar la cuidada planificación y la preciosista fotografía con que Umut Dag trata de crear ambientes de amor y rabia contenidos, no podemos decir que al final consiga construir una historia convincente. Falla un guión que se equivoca en sus giros -brusco e inesperado en el cementerio, inverosímil en el desenlace-, que acumula lugares comunes y desarrollos previsibles más propios de culebrón folletinesco que de una película de costumbres y mentalidades. Los personajes son planos y sin fuerza, y la hija celosa o la rebelde no salen del estereotipo, lo mismo que un Hasan o un Mustafa sin alma ni carácter. La interpretación de Nihal Koldas hace que Fatma tenga más personalidad y empaque, pero eso no es suficiente para levantar relaciones familiares matizadas y para que la infeliz y sensiblera Ayse -Begüm Akkaya hace lo que puede- evite poner continuamente caritas de pena.

Por eso, la historia avanza sin nervio y el espectador está esperando conocer qué nueva contrariedad les llega a esos inmigrantes turcos, aunque realmente se ve venir, y cuando no... es por error del guión. La cinta no funciona como retrato de una cultura patriarcal ni como drama familiar donde la madre es el quicio del ámbito doméstico, aunque la historia es original y apunta algunos temas interesantes, y también aunque haya cruces de miradas que dicen cosas y un buen uso de la cámara al intentar retratar una sociedad cerrada que se hace el haraquiri con apariencias y simulaciones. Al final, vemos cómo madres, esposas e hijas permanecen en un microcosmos de dudosa viabilidad, por mucho que Umut Dag se empeñe en darnos un final abierto a la esperanza.
La mirada de Ulises
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