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Voto de Néstor Juez:
7
Drama Relato sobre los miembros de tres familias cuyos apartamentos están en el mismo bloque de clase media. Se trata de un joven matrimonio, Lucio y Sara, que sospecha que su vecino Renato, ha abusado de su hija; una madre, Monica cuyo marido Giorgio está siempre fuera trabajando; y una juez jubilada, Dora que ejerce el mismo trabajo de su marido Vittorio. (FILMAFFINITY)
10 de diciembre de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos momentos tan inabarcables como el contemporáneo hemos vivido con cineastas de variadas procedencias geográficas o preferencias estilísticas disfrutando de estreno comercial en España. Coinciden en nuestras salas tanto nuevos creadores como las nuevas entregas en la filmografía de vacas sagradas que llevan décadas forjando un corpus fílmico. La película de la crítica de hoy supone una alegre noticia en tanto supone el reencuentro con uno de los mas admirados autores europeos de las últimas cuatro décadas, con cuya obra servidor desarrolló un flechazo durante la cuarentena. Era esta una oportunidad poco habitual para cubrir una de sus películas en la web. Pasó por la Sección Oficial del Festival de Cannes, hará apenas un mes que compitió también en la Sección Oficial del Festival de Sevilla. Me refiero a Tres pisos, el nuevo largometraje del veterano realizador italiano Nanni Moretti. Un título que ha discurrido de manera desapercibida en los últimos meses pero ha despertado leves focos de entusiasmo en voces con mucho criterio. El atractivo del título, fuera cual fuera este eco, era evidente. La cartelera de diciembre tiene en Tres pisos uno de sus activos mas poderosos que bien merece el visionado de mis lectores. Un drama coral de rasgos estructurales y temáticos algo gastados pero con la delicadeza empática que caracteriza al cine del brunicense.

Tensiones, miedos y confrontaciones de tres familias en paralelo a través del tiempo. Un detallado y calmo estudio de rencores y pasiones fraternales y generacionales entre tres núcleos comunitarios independientes pero con muchas similitudes. Un contenido drama sobre las dificultades de la paternidad, la desconexión con los hijos y las problemáticas relaciones pasionales entre personas de edades diferentes. Tres narraciones paralelas en las que orbita el temor hacia el abuso sexual o el aprovechamiento de la niña o joven muchacha. La aproximación a tragedias escabrosas de nuestra cotidianidad con un tacto encomiable. Como filme coral que es, gran parte del peso emocional de la película se apoya en un amplio reparto de caras conocidas del cine italiano que cumple con nota, incluido el propio Moretti en un rol pequeño pero conmovedor. El tacto de Moretti baña de lirismo el desarrollo argumental, capaz de invocar sensaciones sin gritarlas, desde miradas o gestos de los personajes o conjunción de acciones con las acertadas selecciones musicales que le caracterizan. Si bien no presenta virtuosismo alguno la cámara se desplaza con elegancia y criterio en leves movimientos circulares de acercamiento u alejamiento a conversaciones. Pero el aspecto cinematográficamente mas atractivo lo aporta su sensibilidad para filmar lo imaginado sin explicitarlo, y para saltar entre estados mentales a través de cortes de montaje en secuencias muy sugerentes. Un trabajo que demuestra un sabio entendimiento del tiempo que debe sostenerse cada plano.

La película opta por dividirse en tres actos separados por unos años. Y si somos tan honestos cómo exigentes, el grueso dramático de las tres subtramas quedan perfectamente desarrollados en su primera parte y en su encomiable y catártico tercer tramo. Su segundo acto sirve mas como extensión de lo planteado en el primer acto que un enriquecimiento del mismo, con la salvedad de lo relacionado con el personaje de Rohrwacher. Su presentación visual es bastante llana, y a nivel expresivo sería iluso dejar que sus grandes momentos nos nublen la debilidad dramática de buena parte del metraje. En suma, sabedores de las cotas alcanzadas previamente en la obra de Moretti es inevitable entender Tres pisos como una manifestación perezosa de su estilo, con sus virtudes presentes pero sin la pasión o el ingenio de grandes obras como la extraordinaria La habitación del hijo, con la que esta guarda muchas concomitancias tonales y temáticas. Pese a ello, un Moretti en nuestras carteleras siempre será una excelente noticia, y en un hervidero de nihilismo cínico alegatos humanistas y comprometidos como el del italiano son mas que bienvenidos.

Equilibrada, circunspecta y sabia, Tres pisos no llega a sofisticar sus recursos narrativos, pero desarrolla sus conflictos con numerosos momentos de lucidez cinematográfica.
Néstor Juez
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