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Seychelles Seychelles · Cierzópolis
Voto de Juanjico Lawless:
8
Comedia Un humilde barbero judío que combatió con el ejército de Tomania en la Primera Guerra Mundial vuelve a su casa años después del fin del conflicto. Amnésico a causa de un accidente de avión, no recuerda prácticamente nada de su vida pasada, y no conoce la situación política actual del país: Adenoid Hynkel, un dictador fascista y racista, ha llegado al poder y ha iniciado la persecución del pueblo judío, a quien considera responsable de ... [+]
13 de junio de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran mayoría del mundo est´s de acuerdo en dos cosas que confluyen en esta película. Por una parte se coincide en que Chaplin era un genio, y por la otra se acepta que el nazismo aquel que metió al mundo en guerra fue algo execrable.

Mezclando ambas concepciones, tenemos El gran dictador, película sobre lo peor del fascismo aquel hitleriano por parte del genio Chaplin. Una comedia. Una magnífica comedia, de esas que apenas salen porque es muy difícil que salga algo realmente gracioso y no ofensivo de algo tan aberrante. Sin pensar demasiado en ello, sólo recuerdo tres películas que ataquen de forma tan frontal y con gran sentido del humor a los nazis: Ser o no ser, Top secret y la propia El gran dictador. Tres grandes películas, cada una con estilo propio.

En esta película que nos ocupa, es increíble ver con que desprecio trata Chaplin a los que considera sus enemigos, los malos de la película, con esas burlas, con la exageración propia del bufón y con el desprecio que al fin y al cabo se merecen.

Chaplin fue un gran retratista de muchas cosas, pero sobre todo fue el mejor retratando aquello que podía ver, como una América pobre y desgraciada, a un proletariado industrial que tiene a la fábrica como la única forma de aferrarse al mundo o a un fascismo que en Europa empezó a coger demasiados adeptos, hasta que provocaron una guerra a escala mundial.

El gran dictador ahonda en todas estas cosas, pero sobre todo ve a Hitler como un megalómano infantil, que no sabe muy bien lo que está intentando, como quien ve todas las desgracias mundiales como un simple juego y la vida de sus semejantes como algo prescindible por lo que pudiera considerar el como un bien mayor.

Chaplin, con esa comicidad desde luego se porta bien con aquel a quien imita, porque desde luego, todo lo que hizo no fue precisamente de risa. No se merece ese buen trato. Y Chaplin lo convirtió en algo maravillosamente jocoso.
Juanjico Lawless
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