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Voto de Cgo00:
9
25 de octubre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienzo a escribir esta crítica con la sensación de que será un primer borrador que se irá modificando con futuros visionados. Acabo de ver la película por primera vez y lo he hecho con ojos de principiante. No conozco el trabajo previo de Kaufman, el trailer me dice poco, más allá de invitarme a sumergirme en una atmósfera inquietante, y el título… vamos a empezar por el título.
El título de la película nos avisa de que la narración se articulará sobre alguien que está pensando en abandonar algo o, quizás abandonarlo todo o abandonarse a sí mismo. En los primeros segundos podemos sentir que descubrimos que es la chica puesta en el centro de la narración la que está pensando y que lo que piensa dejar es la relación con Jake. Sin embargo, a medida que la película avanza, incluso esta sencilla premisa que sirve de título y punto de arranque a la película nos resultará confusa, para ir revelando nuevos significados, mientras acompañamos a los personajes a través de un viaje no se sabe bien a qué destino.
(Continúo en spoiler dado que es difícil comentar la película sin perjudicar al necesario sentimiento de desconcierto que acompaña su visionado).
El título de la película nos avisa de que la narración se articulará sobre alguien que está pensando en abandonar algo o, quizás abandonarlo todo o abandonarse a sí mismo. En los primeros segundos podemos sentir que descubrimos que es la chica puesta en el centro de la narración la que está pensando y que lo que piensa dejar es la relación con Jake. Sin embargo, a medida que la película avanza, incluso esta sencilla premisa que sirve de título y punto de arranque a la película nos resultará confusa, para ir revelando nuevos significados, mientras acompañamos a los personajes a través de un viaje no se sabe bien a qué destino.
(Continúo en spoiler dado que es difícil comentar la película sin perjudicar al necesario sentimiento de desconcierto que acompaña su visionado).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La narración se estructura en cuatro momentos bien definidos, que no requieren de ningún marcador para su delimitación. Dos de ellos son los largos trayectos en coche, el de ida y el de vuelta, donde los diálogos entre los dos miembros de la pareja toman todo el protagonismo. Todos los elementos que aparecen en este viaje así como el viaje en sí, están cargados de simbolismo (alegoría del acto mismo de vivir) y las conversaciones mantenidas nos dan pistas sobre lo que se nos está contando en un plano más profundo. Nada es casual. Ni siquiera el hecho de que, durante la mayor parte del tiempo, no veamos a los dos personajes compartiendo plano, poniendo de manifiesto la escisión que domina el proceso al que estamos asistiendo.
Luego está parte de la historia que se desarrolla en la casa de los padres, la más inquietante. En lo que podría ser una cena familiar más el ambiente se va volviendo cada vez más enrarecido hasta que se produce la ruptura narrativa. Ahí fue cuando estuve pensando en dejarla. Se confirma lo que se venía caldeando desde el principio, de forma sutil pero efectiva. No estamos viendo una peli sobre una pareja que va a conocer a los padres de él, lo que estamos viendo va de otra cosa, se rige por leyes ajenas a lo real. En este escenario todo es relativo o ilusorio, una construcción de la conciencia: el tiempo, el espacio, la identidad, o incluso la vida y la muerte. La extrañeza te invade, comienzas a sentirte incómodo, casi se podría decir que tienes miedo, pero no sabes a qué, es el miedo ante lo incomprensible, al absurdo.
El tramo final de la película se desarrolla en un solitario instituto y es en ese escenario donde el viaje de nuestros dos personajes confluye con la historia del conserje. En este encuentro la narración se vuelve absolutamente delirante, casi onírica. Y se va dejando entrever el sentido (o sin sentido) de todo lo que acabamos de ver.
El final podría considerarse ambiguo. Para mí lo fundamental es cada uno sea capaz de darle un sentido ¿no ese es uno de los mensajes clave de la película? Así, permite dar un sentido (o varios, o tantos como espectadores haya) al ejercicio narrativo al que acabamos de asistir. Por mi parte, yo entiendo que a lo que asistimos de principio a fin es al proceso por el cual Jake toma, reafirma y ejecuta la decisión de suicidarse (sí, en “Estoy pensando en dejarlo”, al final era Jake el que pensaba y lo que quería dejar era su misma existencia). Cuando miras el film con la perspectiva de un proceso de cavilación, todo el surrealismo que irradiaban las situaciones muta en el realismo más crudo, para condensar en las imágenes que acabamos de ver los traumas, anhelos, frustraciones, contradicciones de ese personaje (y auténtico protagonista) que se encontraba desde el primer momento en un viaje sin retorno hacia el suicidio.
Como he mencionado antes, cada detalle de la película, cada diálogo, cada referencia, apunta en este sentido. Y es aquí donde reconozco que no lo he entendido todo, en una historia tan densa que va desvelándose poco a poco, habrá muchas pistas y significados que se me habrán escapado. Pero no es necesario entenderlo todo para experimentarlo. Pues si bien nos cuenta la historia de un anciano solitario que decide suicidarse, el tema tratado es mucho más elemental. A través del tránsito por la mente de este personaje (que bien podría ser cualquiera de nosotros) Kaufman nos habla de la pérdida de la esperanza y el sentimiento trágico de la vida (esa gran mentira que grita Jake en el que es el auténtico clímax de la película). Y esa desesperanza no hace falta entenderla, si te permites entrar en la historia (o si permites que la historia entre en ti), la esperanza se percibe, se respira, se siente, en cada frase, en cada mirada, en cada plano.
Lo confieso, yo también estuve pensando en dejarla y, sin embargo, una vez finalizada y habiendo dejando reposar aquello que sea que movió dentro de mí, estoy pensando en volver a verla.
Luego está parte de la historia que se desarrolla en la casa de los padres, la más inquietante. En lo que podría ser una cena familiar más el ambiente se va volviendo cada vez más enrarecido hasta que se produce la ruptura narrativa. Ahí fue cuando estuve pensando en dejarla. Se confirma lo que se venía caldeando desde el principio, de forma sutil pero efectiva. No estamos viendo una peli sobre una pareja que va a conocer a los padres de él, lo que estamos viendo va de otra cosa, se rige por leyes ajenas a lo real. En este escenario todo es relativo o ilusorio, una construcción de la conciencia: el tiempo, el espacio, la identidad, o incluso la vida y la muerte. La extrañeza te invade, comienzas a sentirte incómodo, casi se podría decir que tienes miedo, pero no sabes a qué, es el miedo ante lo incomprensible, al absurdo.
El tramo final de la película se desarrolla en un solitario instituto y es en ese escenario donde el viaje de nuestros dos personajes confluye con la historia del conserje. En este encuentro la narración se vuelve absolutamente delirante, casi onírica. Y se va dejando entrever el sentido (o sin sentido) de todo lo que acabamos de ver.
El final podría considerarse ambiguo. Para mí lo fundamental es cada uno sea capaz de darle un sentido ¿no ese es uno de los mensajes clave de la película? Así, permite dar un sentido (o varios, o tantos como espectadores haya) al ejercicio narrativo al que acabamos de asistir. Por mi parte, yo entiendo que a lo que asistimos de principio a fin es al proceso por el cual Jake toma, reafirma y ejecuta la decisión de suicidarse (sí, en “Estoy pensando en dejarlo”, al final era Jake el que pensaba y lo que quería dejar era su misma existencia). Cuando miras el film con la perspectiva de un proceso de cavilación, todo el surrealismo que irradiaban las situaciones muta en el realismo más crudo, para condensar en las imágenes que acabamos de ver los traumas, anhelos, frustraciones, contradicciones de ese personaje (y auténtico protagonista) que se encontraba desde el primer momento en un viaje sin retorno hacia el suicidio.
Como he mencionado antes, cada detalle de la película, cada diálogo, cada referencia, apunta en este sentido. Y es aquí donde reconozco que no lo he entendido todo, en una historia tan densa que va desvelándose poco a poco, habrá muchas pistas y significados que se me habrán escapado. Pero no es necesario entenderlo todo para experimentarlo. Pues si bien nos cuenta la historia de un anciano solitario que decide suicidarse, el tema tratado es mucho más elemental. A través del tránsito por la mente de este personaje (que bien podría ser cualquiera de nosotros) Kaufman nos habla de la pérdida de la esperanza y el sentimiento trágico de la vida (esa gran mentira que grita Jake en el que es el auténtico clímax de la película). Y esa desesperanza no hace falta entenderla, si te permites entrar en la historia (o si permites que la historia entre en ti), la esperanza se percibe, se respira, se siente, en cada frase, en cada mirada, en cada plano.
Lo confieso, yo también estuve pensando en dejarla y, sin embargo, una vez finalizada y habiendo dejando reposar aquello que sea que movió dentro de mí, estoy pensando en volver a verla.