Hiperbólica, Delirante pero disfrutable hasta decir basta. Forma parte de ese extraño espacio reservado para lo insólito. Si permitimos que las siluetas de los comics depredados en el pasado regresen a nosotros y vayan ocupando su lugar en pantalla, entraremos entonces de lleno en otra nueva aventura que, con mucha honra, ostentará el tópico como estandarte, para ir poco a poco desgranando la masacre, mientras nuestros ojos, si le son cómplices, abren sus pupilas hasta casi salirse de las órbitas, absorbiendo un desbarre encantador de casi dos horas de trance, mitad western, mitad oriente.

Fotografía deliciosa, personajes fantasticamente ovalados, guión básico pero estrambótico, conforman esta especie de engendro caótico y profundamente admirable.