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Voto de Corsair:
6
1 de mayo de 2010
6 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues al de las Olímpiadas de Pekin o la Expo de Shangai. Es decir, al género extra-cinematográfico de los grandes fastos. Si no directamente de propaganda, podríamos decir que se trata de public relations. Y para ello no han reparado en gastos, como es habitual.
Sabido es que bajo las dictaduras puede hacerse buen cine, qué duda cabe. La URSS tenía un cine para exportar a Occidente de gran calidad, pienso en Tarkovsky por ejemplo, aunque en general no se utilizaba la ocasión para hacer pasar mensajes de corte ideológico. Distinto es con Lu Chuan y 4 de las principales productoras de China que se han unido para realizar este artefacto carísimo. Su grado de perversión dificilmente será superado en las democracias porque, aun manipulando temas delicados que deberían tratarse con mayor pudor, hay calidad. Si este artefacto fuera sólo una película podría decirse que es buena o muy buena. En particular, la ambientación tiene un realismo impresionante. Pero desgraciadamente esto es otra cosa que va más allá de un simple filme. Se manosea uno de los sucesos más horribles de la reciente historia china para explotar sus resultados: generar nacionalismo en el interior y sobretodo hacer más simpático el país en el exterior. Operación de public relations que trabaja con miles de muertos como materia prima inusual. En China todo es a lo grande, sean las ciudades o los muertos.
Sabido es que bajo las dictaduras puede hacerse buen cine, qué duda cabe. La URSS tenía un cine para exportar a Occidente de gran calidad, pienso en Tarkovsky por ejemplo, aunque en general no se utilizaba la ocasión para hacer pasar mensajes de corte ideológico. Distinto es con Lu Chuan y 4 de las principales productoras de China que se han unido para realizar este artefacto carísimo. Su grado de perversión dificilmente será superado en las democracias porque, aun manipulando temas delicados que deberían tratarse con mayor pudor, hay calidad. Si este artefacto fuera sólo una película podría decirse que es buena o muy buena. En particular, la ambientación tiene un realismo impresionante. Pero desgraciadamente esto es otra cosa que va más allá de un simple filme. Se manosea uno de los sucesos más horribles de la reciente historia china para explotar sus resultados: generar nacionalismo en el interior y sobretodo hacer más simpático el país en el exterior. Operación de public relations que trabaja con miles de muertos como materia prima inusual. En China todo es a lo grande, sean las ciudades o los muertos.