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España España · Granada
Voto de Kikivall:
5
Drama Ruth y Alex (Diane Keaton & Morgan Freeman), un veterano matrimonio de Nueva York, llevan viviendo más de 40 años en el mismo apartamento; un precioso ático en el barrio de Brooklyn. Cuando planean mudarse a otro lugar debido a que la falta de ascensor del edificio comienza a suponer un problema, ambos recuerdan todos los momentos que han vivido allí, mientras esperan que lleguen las ofertas de posibles compradores. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia amable y simpática que elude la parte amarga que se puede intuir en una situación como la que narra el film. Realizada de manera sencilla y franca, no deja de tener ribetes de la estupidez propia de nuestro tiempo. Lo que sí evidencia es que hay que saber gestionar la vida, más aún cuando la vejez asoma en nuestras vidas, momento en el cual hay que ser selectivos con nuestras actividades y compensarlas en lo posible. Pero todo cambio implica aspectos económicos, emocionales y morales que no son sencillos de conciliar, pues además, cualquier opción de futuro se relaciona con el pasado y el pasado sigue presidiendo la vida y tiñéndola de nostalgia, más aún cuando como ahora diré, se trata de abandonar la vivienda de toda la vida por una nueva.

El director Richard Loncraine consigue dar la vuelta a un enorme drama para convertirlo en una simpática y digna comedia, que esconde a base de humor lo escabroso de la historia: la inevitable decadencia, la costosa ascensión escaleras arriba, la soledad –el perrito muerto-, la senectud asomando las orejas, la muerte en ciernes, etc. Mas, como digo, en lo general su tono jocoso hace adorable esta comedia que no deja asomar la amargura.

El guión de Charlie Peters es meritorio narrativamente hablando y por sus chispeantes diálogos que dan cuenta de la dificultad de los personajes de romper con su pasado, como cuando Freeman dice: “Cuando nos mudamos a Brooklyn nuestros amigos pensaron que nos estábamos yendo a Nebraska”. Y es que como refleja bien el libreto, el matrimonio feliz anhela el hogar sin gentrificar al que se mudaron siendo jóvenes, zona barata de Manhattan, más auténtica. Pero todo esto no sólo alude a las limitaciones que la edad avanzada impone, sino igualmente a una idea central de la obra, la de que la pareja se ve obligada a vivir el tiempo suficiente para constatar que el mundo se está convirtiendo en un lugar peor, más inhabitable, más invivible.

Es bonita la música de David Newman y luminosa la fotografía de Jonathan Freeman, así como la puesta en escena.

En el reparto Morgan Freeman y Diane Keaton despliegan carisma, bien-hacer actoral, credibilidad, simpatía y química; su tono jocoso e irónico, hacen adorable esta comedia.

Por resumir yo destacaría algunos aspectos principales del film. Por un lado la interpretación de sus dos protagonistas, un Freeman que parece un actor todo terreno y una Keaton que cumple sobradamente; y ambos en plena sintonía. Los flashbacks resultan algo impostados pero resultan aclaratorios. Es destacable igualmente que no es una obra en la que se profundice demasiado en la vejez como etapa de la vida con sus rasgos y características, pero al menos se aborda la temática, si bien bajo el lenitivo prisma de lo chistoso. Y por supuesto el film muestra la realidad social de las irregulares componendas que utilizan los agentes inmobiliarios para vender caiga quien caiga.
Kikivall
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