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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama Un joven venezolano y líder estudiantil, Simón, tras ser detenido y torturado en Caracas durante las protestas en Venezuela en 2017, huye del país y solicita asilo en Miami. Inmigración de los Estados Unidos le informa de que, una vez obtenido el asilo, no podrá regresar a su país. Simón deberá entonces tomar la decisión de si quedarse en Miami y empezar una nueva vida, o regresar a Venezuela para seguir luchando por la libertad contra ... [+]
3 de febrero de 2024
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está basada en hechos reales que afectan sobre todo a la población juvenil venezolana, durante el tiempo de las manifestaciones organizadas por el Movimiento Estudiantil Venezolano entre los años 2014 y 2017.

Comienza con las protestas de 2017 en Caracas, la lucha estudiantil en el periodo de barricadas callejeras y cortes de carreteras. Este es el punto de partida para la tragedia que habrá de acontecer a su protagonista Simón (McGaffney), «Simón» escogido por el director Diego Vicentini para «atribuirle la mitología de Bolívar a todos esos jóvenes anónimos».

Nuestro protagonista es un joven estudiante de ingeniería, es el líder de “El equipo”, un grupo de compañeros de clase, quienes se organizaban para movilizar a la población para salir a las calles a protestar en contra de las políticas del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

En esas revueltas Simón fue detenido y torturado junto con otros manifestantes y compañeros. La violencia, la saña y las penas físicas infligidas provocarán, como vemos en el metraje, heridas físicas y morales, que dejan huellas imborrables.

Después de estos sucesos, cuando lo dejan en libertad, Simón opta por escapar a Miami. Allí se debate entre quedarse allí o volver a la lucha y el riesgo ser apresado de nuevo.

Simón trata de adaptarse y superar el tema idiomático y económico. También se esfuerza en superar los traumas que le asolan y que le impiden el sosiego: ataques de ansiedad y un malestar psicológico crónico. También se siente culposo de haber abandonado a su grupo de colegas en la lucha contra los opresores.

El joven es asesorado por una chica norteamericana (muy bien la Nawartschi), a la cual le relata cuanto le ocurrió en su país, las razones de su exilio y los riesgos que implicaría su vuelta. Se ve por ello obligado a contarle su tiempo tormentoso de prisión y suplicio. Lo cual implica no sólo cumplir con un trámite legal, recordar los sucesos traumáticos sirve también de terapia.

En Miami, la presencia de su amigo Chucho (Jaramillo) le sirve de lenitivo en su rutina, entre tanto desasosiego y dificultades de toda índole por las que debe pasar. Por lo tanto, no estamos sólo ante una película política, es también un thriller psicológico sobre el sufrimiento interior de Simón.

Diego Vicentini en la dirección y en el guion nos arroja a la a la cara toda esta temática dramática y dura en una insólita cinta en la que se aborda el dolor, la incertidumbre y ciertas dosis de suspense, derivadas de la situación política venezolana.

Vicentini nos coloca frente a una realidad de desastre, violencia, necesidad, falta productos básicos como los medicamentos o la alimentación, tal la Venezuela actual. Más de 7,7 millones de venezolanos han tenido que emigrar/huir, poniendo sin remedio su fe en un viaje incierto que no es siempre feliz.

La fotografía de Horacio Martínez colabora acertadamente en ese objetivo de reflejar un presente turbulento que parte de un pasado que se va a ir desentrañando con flashbacks de los recuerdos del protagonista sobre la violencia padecida. excelente la música de Freddy Sheinfeld, que acierta sembrando con notas lóbregas la acción.

Esta película se refuerza con unas actuaciones muy eficientes, actores y actrices como Christian McGaffney (muy bien), Jana Nawartschi (bonita y muy correcta), Luis Silva, Roberto Jaramillo (convincente como el amigo) o Franklin Virgüez (sensacional como el maléfico Lugo).

Simón, más que enrocarse en la hostilidad y el resentimiento, va apostando poco a poco en el decurso de la historia, por un entendimiento entre quienes padecieron la fiereza del poder y los más conniventes con él. Es, así, una película que nos va llevando al lugar del perdón.

Es una película de jóvenes, no hay personas mayores, Vicentini desea alzaprimar el valor de la juventud que apostó por enmendar los males de sus antecesores. El único personaje maduro es el maligno coronel Lugo encarnado por Virgüez, sujeto que provoca respeto y miedo. El resto es un grupo estudiantil liderado por Simón (McGaffney), que es quien lleva el pulso de la narración.

Película sobre las consecuencias calamitosas de los recientes años de bolivarismo pseudomarxista, del calamitoso balance de las recientes décadas de penuria y exilio. También una historia de amistad y pérdidas, de despedidas y de incertidumbre.

Aunque la obra registra un momento histórico desde la ficción, es, empero, una ficción que luce tan real como cercana. Ficción sobre una realidad social y política que se siente a la vuelta del laberinto de la vida de los venezolanos.

Es preciso subrayar que no hay mucho cine venezolano, y prácticamente no se dan en pantalla críticas directas y con visos de realidad de las prácticas funestas y patibularias de un régimen, tal el actual en décadas, cruel y autocrático. Esta primera película de Vicentini muestra la historia veraz de un estudiante, la de sus ingenuos compañeros de lucha, los días en que estuvo encarcelado y en los que fue torturado.

Vicentini, como venezolano que salió del país a los 15 años, sabe de lo que habla. Aborda la historia de Simón en el presente de conflicto interior en Miami, y en el pasado, cuando en 2017 le cayó encima el peso de una verdad intensa y terrorífica, cuando cayó sobre él el poder ejercido desde una represión tipo apisonadora.

Impresiona la terrible y tortuosa relación entre el protagonista y el monstruo que es el coronel Lugo, un ser terrorífico y letal; y si cabe peor, la relación del joven consigo mismo y con la culpa que arrastra. Todo ello bien tratado como trauma, pero igualmente como solución a tanto lastre como acarrea su vida y su conciencia.

Producción solvente, bien llevada por su director, que utiliza material de archivo para dar fe de algunas manifestaciones masivas de la época y de las brutales represiones de manifestantes enfrentándose a la Guardia Nacional Bolivariana en Caracas.

Publicado en revista Encadenados: https://encadenados.org/criticas/simon-2/
Kikivall
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