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Comedia. Fantástico Un policía intenta en vano detener a un automovilista poniéndose en su trayectoria. El coche lo atropella y el policía debe recoger sus miembros dispersos para ponerse de pie. Llega un inspector, que decide enseñarle un método irrefutable para detener a los coches en movimiento… En esta película producida por Cecil Hepworth, el cine se interesa por otra industria naciente: el automóvil. (FILMAFFINITY)
10 de noviembre de 2012
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se tarda más en leer la crítica que en ver el film? Sí, pero también pasa con El padrino (1972) en la que sólo la frase inicial del funerario “Creo en América” da mucho juego. No hay que ser muy crítico con lo filmado en 1902 ya que entonces el 99,9999% de las películas aún no se habían realizado, el 99,9999% de la población actual no había nacido y aún faltaban 7 años para la reforma de la Ley Hipotecaria cuya infame regulación de los desahucios aún continúa vigente en España.

La aportación creativa de Stow como pionero del cine fue Alice in Wonderland (1903) y The Tempest (1908), contemporáneas de Viaje a la Luna (1902) o The Great Train Robbery (1903). El cortometraje cuenta como un agente es atropellado por un coche pero sus miembros esparcidos acaban recomponiéndose; esto debió de inspirar a Cameron para la escena cumbre de Terminator 2 (2001). Aunque hemos tenido un remake muy real de la triste Ejecución de un elefante (Edison, 1903) no se conocen remakes de este film pero si se hiciera se podría contar con R. Barberá en el papel de conductor y F. Camps como el tipo que va de paquete.

Stow parece anticiparse a dos iconos del siglo XX: el cine y el coche. Hace años un concurso de Ibáñez Serrador en TVE daba dos premios gordos: el coche, que era lo más, y el apartamento, todavía no ponderado por el ladrillazo. El coche ha sido el tótem de la sociedad de consumo de masas, el objeto de deseo que nos posiciona socialmente sin recurrir a la autocrítica.

Pero el cine nos ha dado chances de viajar en automóviles de todo tipo: antiguos en El cuarto mandamiento (1942), futuristas: Mad Max (1979), elegantes: La carrera del siglo (1965), bacaladeros: The Fast and the Furious (2001), amenazantes: El diablo sobre ruedas (1960), infantiles: Naves misteriosas (1972), rápidos: Bullitt (1958), lentos: El cochecito (1960), a paso del tiempo: Una historia verdadera (1999), que traspasan el tiempo: Regreso al futuro (1985), que no siempre arrancan: Little Miss Sunshine (2006), que nunca se detienen: Thelma & Louise (1991), que vuelan: Chitty Chitty Bang Bang (1968), que navegan: La espía que me amó (1977), que naufragan: La noche del cazador (1955), embarrados: Psicosis (1960), agujereados: Bonnie and Clyde (1967), explosionados: Los sobornados (1953), mortíferos: El cartero siempre llama dos veces (1946), trágicos: Muerte de un ciclista (1955), delatores: Manchas de sangre en un coche nuevo (1975), afectivos: Ahí va ese bólido (1968), habladores: El coche fantástico (1982), metafóricos: Gran Torino (2008), justicieros: El equipo A (1983), proletarios: Taxi driver (1976), peligrosos: El salario del miedo (1953), deseados: Corrupción en Miami (1984), compartidos: Mejor solo que mal acompañado (1987), pegajosos: Grease (1978), atascados: Un día de furia (1992), desatascados: The omega man (1971), destartalados: Colombo (1971), sorpresivos: Quiero la cabeza de Alfredo García (1974), invisibles: C'était un rendez-vous (1976), mcguffinados: Repo man (1984), etc.
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