Algunos directores de países del “paraíso nórdico” se han empeñado en mostrar que no es verdad lo del paraíso. Y hacen películas mostrando lo más cutre, sórdido y asqueroso de esas sociedades.
Esta película es un ejemplo claro. De entrada, una madre alcohólica, dos niños que aprenden a emborracharse y un bebé que mejor me callo.
Pasan los años y esos dos niños, ya por lo menos treintañeros, tienen un pasado que para qué. En medio hay gordo medio lelo, un amigo, capaz de las mayores barbaridades como si tal cosa.
Cuando ha pasado una hora de peli estás deseando que aparezca por algún sitio alguien medianamente normal.
Eso sí, la película está muy bien hecha e interpretada. Si uno es capaz de aguantar tanta miseria, adelante.