Hay que ver este sobrio documental para que quede claro, si no lo está ya, cómo en Irán se trata a las mujeres. Consecuencia de una religión, el islam, mal vivida, porque, con el Corán en mano, se podría templar la justicia con la misericordia. Pero no es religión, es Poder. Es un régimen con todos los privilegios para los jefes y con los débiles sufriendo. Entre esa situación y la de la degeneración moral en tanto sitios de Occidente, está la vida de las buenas personas que solo quieren vivir, trabajar y morir en paz.
El crimen de Estado contra esta mujer de 27 años ha quedado impune. Y las pijofeministas sin coscarse.