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33.329
Cine negro. Intriga
En el siglo XVI, los Caballeros de la Orden de Malta regalaron a Carlos I de España y V de Alemania la estatuilla de un halcón de oro macizo con incrustaciones de piedras preciosas. Era una muestra de gratitud por ciertas prerrogativas que el monarca les había concedido. Sin embargo, la joya no llegó nunca a manos del Emperador, ya que la galera que la trasportaba fue asaltada por unos piratas. Cuatrocientos años después, el detective ... [+]
8 de abril de 2009
19 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Es la dignísima ópera prima del gran John Huston.
- El tándem Huston-Bogart es uno de los más grandes del cine negro de todos los tiempos.
- Sam Spade es uno de los mejores personajes que han habitado el género.
- La historia del misterioso halcón maltés es una gran historia, y el guión es bueno también.
- La planificación de escenas, la ambientación, los diálogos, el ritmo, la fotografía... todo es bueno, qué digo bueno, es genial. Es el icono del cine negro.
Y entonces ¿un 6 por qué?... Pues porque sabiendo todo eso, me da pudor ponerle menos... Y es que hay algo en la película que no me gusta nada... a mi entender, tiene un garrafal error de casting.
Imaginad por un momento que para la nueva peli de James Bond eligiesen a Bonilla, o imaginad el bailecito que se marca Salma Hayek con esa bicha gigantoide enrollada, ejecutado por... digamos, Paz Padilla. Pensaríais, como poco, imagino, que os estaban tomando el pelo... o que era una broma.
Pues aquí el pivón que seduce a Bogart es una especie de mujer cuyas únicas curvas se limitan al espantoso ondulado de su espantoso peinado, ese que lleva enmarcando su espantosa cara (bueno, aquí lo mismo me he pasado) No quisiera pecar de superficial… pero a cada uno lo suyo… y esta mujer no da el perfil de su personaje ni de coña. Porque si su papel fuese el de mujer que pasaba por allí, vale, pero es que es la femme fatale... y por ahí no paso. Esta tiparraca, con nombre de marca baratilla de cosméticos, es el antídoto de la lujuria, aquí y en la China Popular, hoy en día y hace sesenta años... Y a mí, particularmente, me jode la película. Porque desde que la secretaria le dice a Bogart “ha venido a verle una mujer muy bonita” o algo así, y aparece la Mary… a mí se me cae el alma a los pies. Y me quedo deseando que Bogart le conteste a su secretaria “tú si que eres bonita…”, pero no… lo que hace el hombre es caer fulminado ante la Mary… que te dan ganas de pegarle una colleja… por bobo… por pringao… por cegato…que además de ser un cayo es mala y taimada, la Mary, y Bogart babea y cuánto más babea, más me cabrea.
Cuando estoy viendo una peli quiero alienarme en ella, que nada me saque de la acción, que nada distraiga y que nunca llegue ese momento en que eres consciente de tí mismo viendo una peli... no sé si me explico.
- El tándem Huston-Bogart es uno de los más grandes del cine negro de todos los tiempos.
- Sam Spade es uno de los mejores personajes que han habitado el género.
- La historia del misterioso halcón maltés es una gran historia, y el guión es bueno también.
- La planificación de escenas, la ambientación, los diálogos, el ritmo, la fotografía... todo es bueno, qué digo bueno, es genial. Es el icono del cine negro.
Y entonces ¿un 6 por qué?... Pues porque sabiendo todo eso, me da pudor ponerle menos... Y es que hay algo en la película que no me gusta nada... a mi entender, tiene un garrafal error de casting.
Imaginad por un momento que para la nueva peli de James Bond eligiesen a Bonilla, o imaginad el bailecito que se marca Salma Hayek con esa bicha gigantoide enrollada, ejecutado por... digamos, Paz Padilla. Pensaríais, como poco, imagino, que os estaban tomando el pelo... o que era una broma.
Pues aquí el pivón que seduce a Bogart es una especie de mujer cuyas únicas curvas se limitan al espantoso ondulado de su espantoso peinado, ese que lleva enmarcando su espantosa cara (bueno, aquí lo mismo me he pasado) No quisiera pecar de superficial… pero a cada uno lo suyo… y esta mujer no da el perfil de su personaje ni de coña. Porque si su papel fuese el de mujer que pasaba por allí, vale, pero es que es la femme fatale... y por ahí no paso. Esta tiparraca, con nombre de marca baratilla de cosméticos, es el antídoto de la lujuria, aquí y en la China Popular, hoy en día y hace sesenta años... Y a mí, particularmente, me jode la película. Porque desde que la secretaria le dice a Bogart “ha venido a verle una mujer muy bonita” o algo así, y aparece la Mary… a mí se me cae el alma a los pies. Y me quedo deseando que Bogart le conteste a su secretaria “tú si que eres bonita…”, pero no… lo que hace el hombre es caer fulminado ante la Mary… que te dan ganas de pegarle una colleja… por bobo… por pringao… por cegato…que además de ser un cayo es mala y taimada, la Mary, y Bogart babea y cuánto más babea, más me cabrea.
Cuando estoy viendo una peli quiero alienarme en ella, que nada me saque de la acción, que nada distraiga y que nunca llegue ese momento en que eres consciente de tí mismo viendo una peli... no sé si me explico.
