Perdonable tercera entrega de la saga "Smokey and the Bandit", dirigida por Dick Lowry y protagonizada por Jackie Gleason y Jerry Reed.

Lo que en la primera entrega fue original y talentoso, en la segunda fue reiterativo y aburrido. En ésta, en cambio, se combinan un poco de ambas: talento en las escenas de acción, fotografía y montaje; aburrimiento ante un guion básico y calcado de la primera entrega.

El homenaje que realiza este filme al personaje entrañable de Buford T. Justice se agradece. Ahora bien, hacer que el amigo Cledus, alias "Snowman", se transforme de la noche a la mañana en "Bandit", tan solo copiándole el look -incluso el bigote- a Burt Reynolds resulta patético. No funciona ni como parodia. Le quitaron el perro, su característico chaleco y el camión para subirlo forzosamente a un Pontiac Firebird Trans Am que le quedó grande, acompañado por una Colleen Camp (quien interpreta a "Dusty") totalmente desdibujada.