Haz click aquí para copiar la URL
España España · Oviedo
Voto de babayu:
8
Comedia. Drama Trudi es la única que sabe que su marido Rudi está gravemente enfermo de cáncer. Siguiendo el consejo de su médico, deciden hacer un último viaje juntos. Trudi convence a su marido y van a visitar a sus hijos y nietos en Berlín. Sin embargo, éstos están demasiados inmersos en sus propias vidas para ocuparse de ellos. Tras ir al teatro a ver un espectáculo de danza Butoh, Trudi y Rudi deciden marcharse y pasar unos días en un hotel en la ... [+]
16 de marzo de 2009
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descubrí a Doris Dörrie hace casi un cuarto de siglo, cuando con Hombres, Hombres empezó a hacerse un hueco por diversos festivales de cine, y por tanto, a tener cierta difusión en España, donde resulta complicado ver cualquier peli que no sea de procedencia norteamericana. Desde entonces, mantiene una carrera con un nivel medio bastante alto, y aquí nos presenta una obra poética, sumamente agradable, con un buen puñado de cosas para comentar.
La peli tiene dos partes claramente diferenciadas: la primera nos introduce a ese matrimonio formado por Trudi y Rudi, casi ancianos, en el que la primera representa a esa madre abnegada que ha sacrificado sus sueños para sacar adelante a su familia, mientras que el padre es el típico trabajador que vive para llevar el dinero a casa, con lo que ha descuidado, tal vez involuntariamente, lo que es mucho más importante, conocer y respetar la sensibilidad de su mujer e hijos. La mujer, tras conocer que su esposo está gravemente enfermo, decide "sacarlo" de la rutina invariable de sus días, y llevarlo a la gran ciudad para ver a sus hijos; pero éstos hace tiempo que han volado del nido, y se han convertido en unos extraños, llevan sus vidas, son felices o infelices, y poco les une a esos padres que han dejado en el pueblo. Como el viaje no tiene mucho éxito, hacen una parada en el Báltico, el mar siempre es redentor para las tristezas, pero aquí cambia todo...
La segunda parte de la peli es radicalmente distinta, Rudi viaja a Japón en principio para visitar a su hijo Karl, pero éste está demasiado ocupado para prestarle la atención necesaria a ese progenitor perdido en ese país tan extraño, con ese ritmo tan diferente al que estaba acostumbrado. Pero, poco a poco, Rudi va soltándose, hasta conocer a Yu, una adolescente japonesa que practica el Butoh, la expresión artística que cultivaba su esposa, su sueño nunca concluido. A través de Yu él sabrá, comprenderá, asimilará lo que había sacrificado su mujer, será capaz de entrar en sintonía con ella, con su espíritu, con el señor monte Fuji, con los cerezos en flor; Yu tenderá ese puente que una dos civilizaciones tan diferentes como la japonesa y la alemana, y, por fin, el hombre entenderá algo sobre el amor, justo cuando está asomado al abismo que hay al final de la vida.
Los tres actores que interpretan a los personajes principales, Hannelore Elsner, Aya Irizuki y Elmar Wepper están realmente sensacionales. Sobre todo me gustaría destacar el inmenso trabajo que hace este último en el papel de Rudi. También la foto de Hanno Lentz y la música de Claus Bantzer son estímulos para animar a ver esta peli que es sinceramente muy diferente a lo que estamos acostumbrados, que nos habla sobre el choque generacional y cultural, la vejez, la comprensión, la sintonía, etc.
babayu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow