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España España · Oviedo
Voto de babayu:
6
Thriller. Intriga. Drama Tras una temporada en Pekín, Roy y Jessie deciden viajar a Moscú en el Transiberiano, el ferrocarril que une la Rusia europea con las provincias rusas del Lejano Oriente. Aunque la gente que viaja en el gigantesco y sombrío tren es bastante extraña, la pareja no tarda en entablar relación con sus compañeros de compartimiento, Carlos y Abby, y con el inspector Grinko, que investiga el asesinato de un narcotraficante. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brad Anderson tiene cierta notoriedad después de haber dirigido la interesante El Maquinista; en esta ocasión, sin embargo, queda un regustillo de un "quiero y no puedo": la ambientación es excelente, el transiberiano "post-soviético", recorriendo las heladas estepas rusas, lo que es muy adecuado para introducir una atmósfera de thriller-suspense-terror-drama (la peli va picoteando en todos estos géneros), y cuanta una historia interesante, en la que hay drogas, polis corruptos, mafiosos, etc.
Lo malo es que Anderson no acaba de conectar bien todos estos elementos: la primera parte de la obra contiene demasiadas promesas que no acaban de concretarse a lo largo de la trama, que va evolucionando un tanto erráticamente hasta llegar a un final de lo más desangelado, arrastrando demasiados agujeros de guión y soluciones discutibles. No obstante, me gusta la dinámica que se establece entre las dos parejas protagonistas: por un lado, los "inocentes" estadounidenses, Roy y Jessie (buenas actuaciones de Woody Harrelson, como el ceporro santurrón y, por tanto, víctima fácil de los malos, y de Emily Mortimer, como esa chica de mala vida reciclada por el imán de bondad de su maromo), frente a Abby y Carlos (Noriega, curiosamente, no actúa tan mal como acostumbra, su personaje, sobre todo en V.O. resulta creíble). También me gusta el poli ruso, Grinko (Kingsley suele ser eficaz currándose todo tipo de acentos y roles).
El aspecto técnico está bien logrado, con importante presencia española (coproducción de Filmax), destacando el montaje de Jaume Martí, la música de Alfonso Vilallonga y la foto de Xavi Giménez (que recrea estupendamente la atmósfera de ese tren y de la gélida Siberia, a pesar de haberse rodado en su integridad en Lituania), lo que demuestra que hay una buena cantera a seguir exportando de nuestro cine nacional.
En definitiva, una peli con propuestas interesantes, no siempre bien conseguidas, pero agradable de ver en general.
babayu
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