Mala es poco.

El argumento es un tanto manido.
Varias personas son enviadas periódicamente a un recinto sin saber como ni por que. Desconocen que han de hacer, y se van encontrando unos a otros, pero no saben sus intenciones para con el resto. Ya está.

Interpretaciones sin matices, totalmente planas, sin carácter ninguno. Desde que empiezas a verla ya intuyes como va a acabar.
Efectos especiales que dan risa y pena a partes iguales, con algún giro en la historia que dura unos segundos “y a otra cosa mariposa”.
El malo malísimo es un cliché continuo. Viste de negro, ríe como un loco, desprecia las normas impuestas… lo típico de cualquier video juego que hayas jugado en las recreativas si ya vas peinando canas.
Los malos han salido de videojuegos y son fácilmente reconocibles. Lo raro es que no haya algún estudio que no les haya denunciado por plagio.

No perdáis el tiempo con esta película salvo que tengáis claro que en cualquier momento le daréis al botón stop, y buscaréis otra cosa que ver.