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España España · Madrid
Voto de Rincón:
6
Intriga A casa de dos estudiantes van llegando los invitados a una especie de fiesta de fin de curso. El invitado que más temen es su tutor y profesor, un astuto criminólogo que sostiene que el crimen perfecto no existe, aunque ellos se han propuesto demostrar lo contrario. En efecto, con su llegada crece cada vez más la tensión y el nerviosismo de los jóvenes. Y no es para menos, porque tienen un cadáver encerrado en el arcón que sirve de mesa para la cena. (FILMAFFINITY) [+]
2 de mayo de 2013
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 1948. Primera película de Hitchcock en color y primera película con James Stewart, uno de sus actores favoritos y un habitual en muchas de sus películas. ¿Qué decir sobre la soga? Pues que es un experimento cinematográfico interesante, y por partida doble: técnico y “filosófico”.

Desde el punto de vista técnico sorprende una película tan teatral, debido a que es una de las pocas películas en las que se respetan las reglas de las 3 unidades (acción, tiempo y espacio) pero sobre todo principalmente a la forma de rodaje a base de largos planos-secuencia que busca dar sensación de continuidad. Sobre esto no voy a extenderme, primero porque reconozco que no se mucho al respecto y segundo porque es un tema que se ha tratado mucho en el resto de las críticas. ¿Significa que es mejor la película por este peculiar rodaje? Los puristas y los expertos en cine quizás penséis que sí. Yo creo que no. Yo creo que los medios técnicos son eso, medios, no fines en sí mismos. Que tenga mucho mérito rodar una película así no significa que la película sea mejor o peor. De hecho a mí me resulta un poco pobre. Las demás películas de Hitchcock que he visto están llena de escenas espectaculares, escenas “de poster” si los queremos llamar así, por ejemplo Cary Grant perseguido por un avión en Con la muerte en los talones. Esta película no.

En cuanto a lo del experimento “filosófico” me refiero a que la película trata de dos perturbados (dicho de forma cariñosa, mejor podríamos decir dos hijos de…) que pretenden experimentar, ósea, llevar a la práctica la teoría (mal entendida) del superhombre del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Nuestros protagonistas, sintiéndose por encima de la moral y basándose en su supuesta superioridad intelectual, matan a un compañero de universidad por el simple placer de demostrarse a sí mismos que son capaces. Algo así como una demostración de poder. Llegados a este punto podríamos reflexionar un poco sobre la cantidad de veces en la historia que ocurre esto, cuantas veces algunos iluminados, sintiéndose por encima de las reglas y de la moral, han tratado de llevar a la práctica sus ideas (a veces con buenas intenciones) con resultados desastrosos para sí mismos y para los demás. Hay una buena frase sobre eso: “ten cuidado con lo que deseas porque se puede hacer realidad”. Pues algo así les pasa a los protagonistas de la película. Y además no contentos con lo que habían hecho, Brandon, el más psicópata de los dos (Phillip no deja de ser un pelele enamorado, aunque eso no lo justifica), pretende darle al crimen un mayor toque artístico escondiendo el cadáver en un arcón sobre el que cenaran los invitados a una fiesta. Supongo que esto se justifica en que parte del placer de hacer algo malo está en la tensión de saber si serás descubierto o no. El resultado final lo podéis ver en la película.

¿Pero realmente merece la pena ver la película? Como experimento cinematográfico sí. Si eres un fanático de Hitchcock también. Pero si eres de los que piensan (como yo) que el cine tiene que ser ante todo espectáculo y entretenimiento no deja de ser una película más. Demasiado simple y lenta, demasiado fría, demasiado descafeinada. Y los diálogos podían haber dado más de sí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rincón
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