Estupenda comedia, con tintes de thriller, propia del género del cine negro. El argumento de inicio es muy clásico, con dos protagonistas que planean un robo a un peligroso elemento de la mafia. Después, la trama se desarrolla desde la perspectiva de un genial John Cusack, un abogado corrupto que ha sido el cerebro de la operación, pero a quien le faltan agallas para realizar el trabajo sucio. Los personajes están bien definidos, con secundarios muy buenos como Oliver Platt, fantástico en su papel de borracho pasado de todo, logrando arrancar las risas del público en la mayoría de sus intervenciones. La pequeña parte de thriller está bien lograda, nunca perdiendo de vista el espíritu de comedia que impregna el film, jugando con las distintas posibilidades acerca de quien te puede traicionar y en quien puedes confiar. En definitiva, una muy entretenida película, bien realizada, muy bien interpretada y que, francamente, es digna de ser vista.