Cuando uno revisita (por enésima vez) esta película, 55 años después de que fuera rodada, tiene que buscar algo más que la innegable vitola de clásico del cine familiar. Son dos las preguntas que pueden plantearse: ¿hay tanto mensaje como parece en "Mary Poppins? y ¿qué influencia ha ejercido en el cine posterior?

La respuesta a la primera pregunta es sí. Hay sopapos, más o menos explícitos, contra el poder económico, la desigualdad de género, el ideal de orden público, el sistema educativo, la explotación laboral y hasta el consumo irresponsable de pirotecnia. Todo ello pensando en los cánones que rigen la sociedad actual. Lo que pasa es que, si aplicamos una ingente dosis de fantasía a lo que estamos contando, cualquier proclama cuela y se desdibuja.

A la segunda pregunta, por más que precisamente ahora hayan lanzado "El regreso de Mary Poppins", diría que a nivel técnico, musical, argumental,... a todos los niveles la influencia de este título en el cine posterior ha sido más bien limitada. Por mucho que, generación tras generación, sigamos cantando sus canciones. Bendita extravagancia.