Antes de nada quiero recomendar esta película a todo aquel que se considere amante del cine español. Ya puede gustar en mayor o en menor medida, pero considero que es un largometraje que tiene incrustado ese sentido de lo trágico y pasional tan patrio, por lo que al menos hay que tenerla en la colección de las visualizadas si eres catador/a de nuestro cine.

Pero no es gran cosa. Es entretenimiento amoldado a sus tiempos, con sus licencias y disparates correspondientes ("tengo dos noticias, me ha tocado la lotería, pero lo importante es que he conocido a un hombre que no es cualquiera..."). Como comienza y prosigue la relación entre la Victoria Abril que se ha ido a veranear y Manuel Bandera es cosa de casi ciencia ficción, ella le espeta que se ha dado cuenta de que era un chulo de playa, está dispuesta a irse, no obstante le dice: '¿No vas a hacer nada para que me quede?' A éste solo se le ocurre decirla que le gustaría que se quedara porque tiene la intención de utilizar su dinero, pero nada esencialmente romántico de lo que quería escuchar la otra. Por lo cual a Abril se le saltan las lágrimas del disgusto, le arrea una bofetada y acto seguido le morrea. (Aquí algo se me escapa.)

La película viene a ser un apasionado pasatiempo para los espectadores que nunca podremos vivir algo parecido porque nuestras vidas son mucho más monótonas: estamos anclados a una rutina incensante y tampoco podemos/sabemos ir por la vida con tanto descaro y que las cosas nos salgan rodadas, porque es directamente imposible (ese fluir de billetes de mano en mano tan entregado y despreocupado me parece utópico y poco realista). Y en su contra he de añadir, que aparte de la inverosimilitud comentada, a ratos peca de aburridilla.

Una vez constatado que estamos delante de una película evasiva, hay que decir que este entretenimiento ha optado por renunciar casi totalmente al erotismo, a pesar de presentar una fuerte carga pasional.