Si uno logra creerse que Brosnan siga vivo después de haber sido disparado en el brazo, haberse bajando un monte rodando, haberse caído a un río cuando intentaba cruzarlo deslizándose por una rama, verse visto arrastrado por la corriente, haberse derrumbado por una cascada que acojona de solo verla, haber sido capaz de salir de esas gélidas aguas, correr por el bosque con la ropa empapada a una temperatura que permitía la existencia de la nieve, coger ramas, lograr prender fuego, quitarse la parte de arriba, sacarse la bala y quedarse dormido a la intemperie con el torso desnudo, hay cierta probabilidad de que uno pueda llegar a disfrutar de una persecución implacable que llega a extenderse hasta abordar los 110 minutos de duración.

El acabado es un poco televisivo y el guión algo esquemático, pero los actores cumplen (me encanta la fría voz del tío que dobla a Neeson, creo que es su doblador habitual y también me juego el tipo a que se trate del mismo que dobla a Douglas, Juan Fernández, creo recordar que era, pero no el actor de cine español, pues va ser que no, es Salvador Vidal). A un inconmovible Liam Neeson, le da réplica el trampero fugitivo, antaño coronel del ejército del bando contrario al de Neeson en la Guerra de Secesion (1861-1865) y experto en supervivencia, interpretado por el apuesto Pierce Brosnan, que es otro de esos actores a los que siempre se le mira con buenos ojos. Veo que la gente se queja del final, a mi parecer no se desmarca del nivel de la película, ni para bien ni para mal.

Frases:

"Hijo, nadie puede proteger a nadie en este mundo. Cuanto antes lo entiendas, mejor te irá."

"La piedad con los animales es una bendición a los ojos del señor"