A la gente no se le puede venir e imponer nada, cada uno tiene que sacar las conclusiones de lo que 'es bueno' por sí mismo. Además si te es descubierto todo el conocimiento sin que tu hayas hecho nada por hacerte preguntas y buscar respuestas, pienso que la vida no tendría sentido.

Pretender lo contrario es atentar contra las leyes de la naturaleza, nadar a contracorriente, el fracaso está asegurado. Pero esta película no pasa de representar una simpática utopía, esgrimida desde la tierna inocencia, por eso no hay que ser muy duro con ella, ni pensar que induce al totalitarismo ni ninguna cosa mala por el estilo. En mi opinión no persigue sembrar ese ejemplo, por lo que no habría que atacarla por ahí.

Una causa se hace mucho más llevadera y sugerente si una mujer por la que sientes atraccion participa (o directamente te involucra) en ella, al resto de tarugos, desgraciados y marginados todos, que se subieron al carro por la alienación que padecían, por poder así sentir formar parte de algo, lograr la ansiada integración, no les corresponde fémina. No es solo exigencia del guión sino que además es lo lógico. Para poder aspirar a una, -la que hay ya sabes que pertenece al protagonista, al que es el lider y el héroe del grupo (aunque se quiera negar) en cuanto aparece en pantalla-, hay que tener algo más de recorrido y de sustancia, como por ejemplo, haber estado con una que está más buena o haber buceado en la abundancia (cosa que te hace mucho más sensible, experimentado y apetecible para el ojo femenino, aunque ahora estés pelado, total eso se perdona, al fin y al cabo has invertido toda tu fortuna en la causa, la gente es más considerada de lo que parece). O sea, que no vengan diciendo que aquí nadie es más que nadie y que todos somos iguales e insustituibles porque es la propia película la que lo está negando con lo que muestra.

Respecto a la trama, me parece un muy buen giro cuando comprenden que las audiencias no están manipuladas, y la reflexión de que la televisión es una elemento de distracción que permite limitar el conocimiento auténtico a una minoría y así favorecer la creación de élites. El ser humano es ambicioso y necesita sentirse superior al prójimo, por lo que no es factible la idea de que todos puedan comer de los mismos manjares, porque entonces ahí estos ya no lo serían, perderían su pedigrí, el distintivo que los hace exclusivos.