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España España · Madrid
Voto de Jab:
10
Fantástico. Drama Película compuesta de ocho cortometrajes. Son ensoñaciones dispersas, independientes, pero engarzadas entre sí por deseos, angustias y añoranzas. La historia de Yo, desde su infancia hasta su vejez, sirve para mostrar las relaciones del hombre con el mundo, el arte, la espiritualidad, la muerte. Los ocho relatos (extraídos de sueños de Kurosawa) reflejan lo cambios experimentados por Japón a lo largo de un siglo. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dreams comienza magistralmente con Los Zorros, relato en el que narra las consecuencias de los actos de un niño curioso y desobediente que termina siendo castigado. Kurosawa es de esa clase de personas que desde niño nació para seguir sus propios pasos sin que nadie le dijese como o a dónde dirigirse.

En su siguiente viaje onírico, Kurosawa continúa describiendo la infancia de una manera honesta y sensible, representada por un niño capaz de llorar la tala de un huerto de melocotoneros y de dejar una gran frase magistral cuando se le tacha de ser como los adultos que talaron el huerto, "si quiero comprar melocotones los compro en el mercado, ¿pero dónde puedo comprar un huerto de melocotoneros en flor?". Kurosawa, siempre muy crítico con el ser humano, nos deja bien claro que los únicos seres humanos puros son los niños.

El tercer relato es agónico y narra la experiencia de un grupo de 4 escaladores que sucumben al beso dulce de la muerte que llega en forma de agónica y desesperante tormenta en la montaña. Uno de ellos, el más fuerte, es el único que no cae rendido y su perseverancia salva al grupo de una muerte segura. Una especie de espíritu que representa la rendición del espíritu humano arropa a los alpinistas "duerme, descansa, la nieve está caliente, el hielo arde". Todo esto se desarrolla justo al lado del campamento, quedando claro que el ser humano puede salir derrotado o triunfador teniendo la meta al lado, que todo depende de si actúas con optimismo o pesimismo. Aquí queda claro que tan sólo con la perseverancia un hombre puede conseguir sus objetivos.

El cuarto ejercicio humano es muy triste y muy crudo. Un comandante japonés regresa de un campo de concentración porque fue liberado tras un largo período tras la Segunda Guerra Mundial. De regreso a casa cruza un oscuro túnel y al otro lado se da cuenta de que alguien le sigue. Es un único soldado muerto que cree estar vivo, o más bien quiere estar vivo. Tras éste, aparece todo el pelotón que murió y fue reconocido con absurdos honores, enloqueciendo al comandante. Un sueño espeluznante que evoca el horror, el sufrimiento y el sinsentido que tienen las guerras. El comandante vuelve a casa, pero jamás olvidará. El comandante regresa, pero no sano y salvo pues hay algo que siempre le acechará. Ese acecho puede ser bien representado por ese perro agresivo. Kurosawa se libró de la guerra por un conocido de su padre, pero su mejor amigo no tuvo la misma suerte y fue al frente y esto le cambió la vida, aunque regresó. Pero muchos no regresaron y Kurosawa no olvidó nunca que él pudo haber estado en primera línea de batalla en vez de trabajar en lo que más amaba. Sencillamente espectacular.

Tras la guerra guerra, Kurosawa nos demuestra su devoción por otro grande de la historia del arte, Vincent van Gogh. En esta ocasión el sueño es muy sencillo, mostrándonos a un Kurosawa de mediana edad introduciéndosela en un cuadro de Vincent van Gogh y tratando de descifrar su mente, que no es otra que la propia mentalidad de Kurosawa. Antes de ser director, Kurosawa era pintor y es por eso que cada obra de Kurosawa es tan perfecta, es por eso que cada plano parece un cuadro. Cuadros que tenía pintados en sus famosos storyboard. Aquí queda clara la herencia de artista a artista y de que el mundo al final es arte, y que los artistas tienen que tener su punto de locura.

El sexto sueño habla claro sobre el miedo a la energía nuclear. Una planta de energía nuclear explota y los ciudadanos de Tokio huyen sin tener como a dónde y finalmente terminan arrojándose al mar para morir ahogados en vez de con una muerte lenta y dolorosa. Este es un miedo aún latente en la sociedad japonesa debido a las perniciosas acciones de los Estados Unidos en Hiroshima y Nagasaki en 1945. Kurosawa critica duramente el uso humano de la energía nuclear con pánico y con furia, como ya lo hizo en su película Crónica de un ser vivo en 1955, película que por cierto, recomiendo por ser una de las menos vistas pero muy humana y muy buena.

En el penúltimo sueño, el ser humano adopta su forma definitiva aunque su espíritu sigue siendo el mismo. Ahora tras mutar debido a la radiación, los seres humanos se hacen llamar así mismos "monstruos", que son seres humanos con malformaciones y cuernos. El ser humano siempre fue un monstruo con una forma bonita y destruyó el planeta poco a poco hasta quedarse solo y tener que devorarse unos a otros para sobrevivir. Mientras tanto, sigue habiendo las jerarquías y los seres poderosos devoran a los menos poderosos, representados ambos por su número de cuernos, es decir, ya marcados.Mientras se extinguen los monstruos la naturaleza crece de manera imparable en forma de flores gigantes. Gran momento la reflexión del monstruo de un solo cuerno (clase baja) que fue granjero. Y grande esa parte de la historia en la que explica que la naturaleza le propina un severo golpe al ser humano al sufrir cada noche el mismo dolor que un tumor terminal debido a sus cuernos y cuantos más cuernos mayor el dolor. Así es como Kurosawa soñaba que Gaia le devolvería el dolor al ser humano, que es el verdadero tumor de Gaia.
El último sueño y el más bonito, habla sobre la muerte. Tras el recorrido por la infancia, los miedos, el arte, las guerras, las pesadillas y los miedos, llega la vejez y la muerte. Pero aquí ya vemos a un Kurosawa mas sabio que celebra la muerte longeva porque su significado es que tuviste la oportunidad de vivir y la vida es bella y maravillosa. En una bonita aldea, la filosofía de vida que llevan sus habitantes es la adecuada, aceptando la muerte de los ancianos como algo natural y tan sólo llorando la muerte de las personas jóvenes que murieron sin haber completado su existencia.

En definitiva, un Kurosawa de 80 años nos dejaba otra obra de arte para la historia del cine, una muestra genial del que para muchos es el director de cine más grande de todos los tiempos. Gracias por hacernos soñar contigo, Maestro.
Jab
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