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España España · Madrid
Voto de Jab:
8
Thriller. Drama El conocido abogado Shigemori defiende a Misumi, acusado de robo con homicidio, que ya cumplió pena de cárcel por otro asesinato hace treinta años. Las posibilidades de que Shigemori gane el caso son escasas, ya que su cliente reconoce ser culpable, aunque esto probablemente signifique la pena de muerte. Pero a medida que desentraña el caso y escucha los testimonios del propio Misumi y de su familia, Shigemori empieza a dudar de la culpabilidad de su cliente. [+]
16 de noviembre de 2017
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Albert Einstein dijo que "todo es relativo", que grandísima verdad.

En este film tenemos a varios personajes. El asesino, la hija huérfana, la madre viuda, el fiscal, los jueces, los abogados defensores... .

Cada persona defiende sus intereses según su perspectiva, según lo que ha vivido, según siente y según piensa. Queda claro que cuando uno de los abogados trata de descubrir la verdad se sumerge en un océano y al igual que pasa con la humanidad, que puede conocer el 1% del océano, el abogado se pierde, se ahoga, en ese océano desconocido que es la verdad.

El juez y el fiscal tan sólo quieren condenar a muerte al asesino porque así no podrá volver a matar, da igual si mató esta vez o no, si aplican su ley, no habrá más víctimas por parte de este señor que cada día ofrece una versión de lo acontecido. La hija del muerto es una chiquilla caprichosa y mentirosa que dice que su padre la violaba mientras su madre callaba, ¿verdad o mentira?. Sin pruebas es una acusación que se puede dar como falsa. La madre está preocupada por las supuestas etiquetas de la fábrica de su marido muerto y también porque el seguro no le paga la indemnización por la muerte de este. Sobre ella pesa la incertidumbre de si ordenó la muerte de su marido a cambio de dinero. Los abogados defensores tienen que defender a un ser repugnante, sobre el papel. A un frío asesino, para ganar un juicio, algo que también es deleznable, evitar que ese señor se enfrente a su verdadera culpa.

Todo esto que resumo, y que o diré como termina, es un lío, porque la película, de manera voluntaria y acertada, nos lo muestra así, el lío que es la verdad o la mentira y su relatividad, las buenas y malas acciones, y su relatividad. El film es tan sincero con este tema, tan claro y tan conciso, realmente, tan sencillo, que nosotros mismos lo complicamos y lo hacemos complejo. ¿Qué complejidad tiene la relatividad?. Mucha, y poca. Nos pone en la piel de unos personajes confusos, deseando no estar nunca en el pellejo de ser juzgados porque en todo juicio seguro que hay errores y personas descontentas.

Koreeda, de nuevo, sorprende, de nuevo, no decepciona. Es una película de lenta digestión, como todo su cine, pero lleno de sentido. Su cine social es magnífico, su fotografía exquisita. Japón no ha vuelto a tener un Akira Kurosawa, bueno, no Japón, el mundo, porque Akira Kurosawa es patrimonio de la humanidad, una bendición haber podido disfrutar de sus obras. Pero ahora Japón, y el mundo, tiene un gran director que crece poco a poco, y ese es Hirokazu Koreeda. No es una película para mentes planas, su cine no lo es.

Es una gran película, con una gran reflexión, como en su día dejó Akira Kurosawa con Rashomon. Si quieres sumergirte en el océano, perderte y ahogarte, este es tu film. Si no deseas pensar sobre la verdad, la ley y la justicia, vete a ver Telecinco.
Jab
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