Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Voto de Kaori:
7
Acción Cuando John Rambo, un veterano boina verde, va a visitar a un viejo compañero de armas, se entera de que ha muerto víctima de las secuelas de la guerra. Algunos días después, la policía lo detiene por vagabundo y se ensaña con él. Entonces recuerda las torturas que sufrió en Vietnam y reacciona violentamente. (FILMAFFINITY)
30 de mayo de 2014
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues de la guerra, supongo. Vietnam tiene consecuencias. La muerte trae consecuencias. La soledad, la incomprensión tiene consecuencias. John Rambo ha vivido estos males en sus propias carnes y, tras un incidente en una comisaría de un pueblecito tranquilo y de buenos americanos, revivirá, en una especie de regresión psicológica, su pasado bélico.

Yo siempre he defendido a Stallone por películas como esta «Acorralado» de Ted Kotcheff. Una cinta de acción dura y creíble, lo que no tiene precio a estas alturas cinematográficas, y un drama personal y universal de las otras víctimas de las contiendas bélicas. Primero, los muertos, claro, pero también hay otra clase de inocentes a quienes les toca vivir una época donde tienen que aprender a matar y a morir, si es preciso, por una causa, a veces indeterminada o extraña a sí mismos. Esos jóvenes soldados que en otras circunstancias hubieran sido vecinos respetables que nunca hubieran cogido un arma, también son víctimas. Pensemos sobre ello.

John Rambo es uno de esos soldados traumatizado tras su paso por Vietnam, vagabundo por las carreteras estadounidenses, sin objetivo fijo ni ilusiones nuevas, que posiblemente sólo busque su lugar en ese mundo que ya no reconoce y que no le reconoce a él. Rambo es un tipo carismático a más no poder, y eso que apenas habla, que se gana nuestra adhesión en cuanto le vemos con el petate al hombro entre los verdes valles. Casi un super hombre que se las sabe todas, experto en camuflaje, que entiende de explosivos, de lucha cuerpo a cuerpo, que escala las rocas que hagan falta y se construye él mismo las armas que precise, ayudado de su inseparable cuchillo con brújula incorporada. Rambo es el crack de los cracks. El amo del bosque, la ciudad y el campo de batalla. Rambo no mata, señores críticos. Rambo se defiende. Rambo se esconde en la tierra y junto al fuego, en un acto de primitiva supervivencia, sin lazos afectivos que le saquen de su caverna de miedos y terrores, a excepción de una voz militar que le llama desde la radio. Qué triste escena, qué imagen tan irreal a un tiempo.

El remate es ese monólogo inolvidable en el que Rambo se rompe y se nos muestra como el hombre destruido y deshecho que es. Un retrato de la guerra en absoluto enaltecida, así que lo de la defensa militarista lo pongo en duda; más bien crítica generalizada a una sociedad que enarbola banderas nacionalistas y modelos de vida «libres e iguales» para luego prejuzgar, apartar y castigar lo que resulta molesto o se considera fuera de la purificada patria.

No llores, Johnny, y abrázame fuerte.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow