Ciencia ficción para el siglo veintiuno a manos, una vez más, de Steven Spielberg, que se ve que está tan interesado en el género que de nuevo nos traerá para dentro de unos años una cinta de ambientación futurista. Tomamos nota.

Mucho tendremos que correr para que en 2054 nuestra sociedad se parezca sustancialmente a la de «Minority Report». El problema de esta película es que parte de una premisa de una credibilidad que, aún siendo ciencia ficción, cuesta asimilar: la existencia de los tres precogs y el sistema que se ha montado a su alrededor. Cuantificar la videncia y utilizar parámetros científicos para controlarla me resulta tan fantasioso que estoy a un paso de no creerme nada de la historia. Por fortuna, la película tiene el suficiente buen hacer como para que uno no se despiste con esta licencia argumental que, a fin de cuentas, no es más que una excusa para plantearnos la eterna cuestión de la libertad humana. Sí, supongo que siempre tenemos elección.

Si algo destacaría de «Minority Report» es lo que yo calificaría, a ver cómo lo explico, de animación humana; es decir, que por el diseño, la impecable fotografía, los personajes y la forma de interactuar entre ellos, o el lenguaje visual, me recuerda mucho al anime japonés. No sé si será alucinación mía o Spielberg verdaderamente se ha inspirado en este arte popular nipón para impresionarnos con sus grises metalizados y brillantes, las cortinas movidas por el viento, el sabor a cine negro constante y la acción sacada de un buen videojuego; la persecución entre Danny y John, con su lucha de boxeo incluida, es de lo mejorcito de la película, por ejemplo.

Max von Sydow, Tom Cruise y Colin Farrell son el espectacular trío que se enfrentará y se derrotará llegado el momento. Personalmente, el Danny Witwer de Farrell me encanta, quizá por su aspecto de yupi irlandés con un rosario en el bolsillo y la mente despierta de un verdadero crack. No diré más sobre él. Sí he de comentar el acoso al que someten durante toda la película a Tom Cruise, y no lo digo por la policía, sino por las mujeres, que hasta le plantan besos cuando menos se lo espera. Seguro que no venía en el guión lo de la ancianita. Seguro.

Interesante y muy entretenida, y eso que no es una película breve. Vale la pena, no busques más informes.