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Voto de Cinéfilo de mierda:
7
Drama Ivan Locke (Tom Hardy) es un prestigioso capataz de grandes obras que ha tenido que trabajar muy duro para alcanzar su sueño: llevar una buena vida, con un buen trabajo y una familia que le quiere. Sin embargo, un día, en la víspera de su encargo más importante, recibe una llamada que le empuja a tomar una decisión que quizás eche toda su vida por tierra. Desde ese momento tendrá que emprender una peligrosa huida a contrarreloj. (FILMAFFINITY) [+]
4 de junio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro que muchas personas os acordaréis de “Beast of burden”, la peli protagonizada por Harry Potter que critiqué hace relativamente poco. Es fácil de encontrar, mirad en mis redes. Quizá sea cierto que me cebé muy muy fuerte con esa obra… pero se lo merecía, joder, motivos no me faltaron. EL CASO es que pocos días después dí con esta: “Locke”, dirigida por Steven Knight y protagonizada por Tom Hardy. La mezcla de ambos, que se fraguó probablemente en esta producción, no me resultó muy agradable en “Taboo”; peeeero algo me decía que la tortura a la que me sometió el señor Potter era una mala versión de esta. En fin, que me voy a saltar mi regla de no juzgar por comparación y voy a explicaros porque “Locke” mola y “Beast of burden” es BASURA.
Ambas propuestas parten de la misma idea: desarrollar una historia y a un personaje -o a varios- mediante conversaciones telefónicas. Ambas colocan al prota a lomos de un vehículo que debe llevar del punto A al punto B. En “Locke”, Tom Hardy interpreta a un exitoso capataz de obra. Tiene un buen puesto, una buena familia y un encargo muy importante que cumplir. Pero todo se trunca cuando recibe la llamada de una mujer con la que se acostó durante un viaje de negocios, que quedó embarazada y va a dar a luz. En “Beast of burden”, Harry Potter es un ex piloto del ejercito que para salvar a su mujer con cáncer debe transportar un aeroplano repleto de drogas para un cártel mexicano. Y tal…
Es como si el director, en un arrebato adolescente, hubiera pensado “joder, si cojo Locke y le meto cosas guays -cárteles mexicanos, pistolas, avionetas, agentes de la DEA, enfermedades graves…-, seguro que mola muchísimo más”. Y no. “Locke” funciona muy bien por su carácter intimista, que no necesita NADA más para resultar interesante. Habla de un señor sacrificando su vida por hacer lo correcto, sin necesidad de que eso implique desarticular bandas de narcotraficantes ni salvar al mundo. ¿Y sabéis por qué? Porque es MADURA.
Obviamente, la propuesta no garantiza su éxito, pero Knight ha sabido lograr que funcione. Los personajes, aunque SOLO oiremos sus voces, tienen mucho carisma y son lo suficientemente diferentes entre sí como para poder distinguirlos, evitando las confusiones que si padece “Beast of burden”. Por otro lado, la película no deja de abrir y cerrar tramas con un orden que garantiza que sigamos el hilo. Es cierto que existen un par de trucos de guion demasiado cantosos -personajes que encuentran lo que buscan repentinamente, problemas que se solucionan sin la intervención del protagonista…-, pero es fácil hacer la vista gorda al no estorbar a la trama principal.
En cuanto a la dirección, Knight se muestra como un genio frente a la monotonía del OTRO. No solo Tom Hardy se encuentra maravillosamente dirigido y nos muestra un catálogo de emociones sublime, sino que a nivel narrativo se perciben ciertos juegos que demuestran un dominio por parte del director del lenguaje audiovisual. Además de ello, la película es muy coherente con su propuesta y no cae en ciertas trampas que “Beast of burden” si se permitía: por poner un ejemplo, se mantiene durante TODA la obra en el interior de aquel coche; mientras que su hermana tonta necesitaba de flashbacks y de miradas al exterior para… bueno, para algo. Aún no me ha quedado muy claro, la verdad…
Intensa, coherente, inteligente… son muchas las bondades de “Locke” que no se han sabido replicar. Ver ambas obras es una experiencia curiosa, que nos muestra aspectos muy turbios de la creación artística: el no comprender por qué funcionan ciertas propuestas, el intentar imitarlas bajo un prisma inmaduro que acaba destrozando los aciertos de la fuente. Y es que “Locke” no funciona solo por la idea de gestionar una obra con conversaciones telefónicas; “Locke” acierta por su historia intimista, por el retrato de un hombre dispuesto a sacrificar SU VIDA por hacer lo correcto. Su genialidad no se encuentra en un único aspecto, pues su genialidad abarca todo el metraje.
Cinéfilo de mierda
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