Haz click aquí para copiar la URL
Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
4
Comedia En una cena entre cuatro parejas, que se conocen de toda la vida, se propone un juego que pondrá sobre la mesa sus peores secretos: leer en voz alta los mensajes, y atender públicamente las llamadas, que reciban en sus móviles durante la cena. Remake del exitoso film italiano "Perfetti sconosciuti" (2016), de Paolo Genovese.
14 de diciembre de 2017
13 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gracia que tiene el diablo reside en su continua mutación, nunca para quieto y cambia constantemente de forma o faz. Por eso sobrevive y siempre está presente.
Ahora es el móvil. El invento más perverso y destructivo que ha creado el mal desde el final de la segunda guerra mundial.
Es tan perfecto en su dolor y mezquindad que se ha hecho imprescindible, anodino e inadvertido.
Es como un virus. Mucho peor que cualquiera de los anteriores o actuales, los supera por goleada, ya que este triunfa en todas partes prácticamente, miles de millones se han intoxicado, están contaminados y no paran de contagiarse unos a otros.
El número de muertos (¿espirituales?) es tan grande que no hay ni cifras al respecto, son incontables, las matemáticas ya no sirven, necesitaríamos fórmulas abstractas, aforismos, maldiciones, exabruptos u onomatopeyas.
Y no solo es todo lo que ha matado, a ese horror inefable hay que sumarle todo lo que ha deformado, pervertido y torcido, todo ese destrozo abismal y pringoso que ha producido en su irradiación expansiva y agonística.
Por supuesto, no hay marcha atrás. De esta ya no nos podremos recuperar jamás. La enfermedad es universal, mortal de necesidad. No hay remedio ni antivirus conocido. Va a ir a más.
Tendríamos que buscar a algún humano todavía no dañado, limpio, inmaculado, un mesías. Pero son casi imposibles de encontrar. Y los pocos que quedan, están desapareciendo, debido a su larga edad o a la presión social. El contaminado no soporta la visión o cercanía de un sano, y por ello utiliza todos los medios a su alcance para que se contagien también. De ahí que sea una plaga imposible de curar y erradicar.
Y no solo es el terrible daño moral o la destrucción colosal de cuerpos y almas, hay que señalar además el grado de imbecilidad que ha propagado. Si somos como especie, por naturaleza, muy susceptibles de contraer la idiotez supina en cualquier momento, este artilugio demoníaco la ha convertido en una idolatría feroz, insuperable e indestructible, la memez como un Dios al que adorar y alimentar cada día, ofreciéndole infinitas muestras de nuestro amor y rendición, de nuestro sacrificio, renuncia y perdición.
No hace falta decir que es el signo definitivo del apocalipsis. El anuncio del fin de los tiempos. Esta vez lo merecemos, por fin lo conseguiremos. Desapareceremos.
Por todo ello, esta película es una profecía, una señal de muerte. Detrás de su liviana y boba apariencia de comedia burda y rala, hay un aviso para navegantes, un presagio del fin.
Y ese es su único valor, como advertencia o augurio.
Ya que como película deja mucho que desear. Costumbrismo tópico, aire rancio, humor grueso, interpretaciones forzadas y quizás solo se pueda salvar algún destello de buen actor, la dirección eficaz o hasta algún hallazgo minúsculamente hermoso por parte de Álex nuestro amado director.
Homosexualidad, sexo deseado, reprimido, realizado, sexo, sexo y sexo. El resto, muerto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow