Grace Kelly está/entra en ebullición, como una minipimer, desde un buen principio, no tiene medida ni control ninguno, le hierve la sangre, fever, lleva escrito en el alma en la frente marcado a fuego un fóllame constante despentes, uterino furor, lógico por otra parte, el marido no la atiende debidamente, es demasiado imbécil el pobre para enterarse o a ello ponerse, no le da el cacumen, antropólogo tenía que ser. Y las dos hembras o mozas pierden los papeles por Gable (un beso de esos y las preña de la impresión; un beso de esos, elipsis, y el kamasutra que llena de gozo ese vacío, hueco, agujero o paréntesis narrativo, en el mientras montan tanto Isabel como Fernando) que no es por quitarle mérito al buen hombre ni cochina gorrina envidia tampoco, pero no sé yo, ustedes me perdonen, pero no es para tanto el señor ya algo o mucho cascado viejo, un poco hecho polvo/cuarteado, pasado, se cae de maduro, a mi modesto entender, y muy ridículo con esos pantaloncitos cortos de vuelta a la escuela, como Pedro Ruiz haciendo de niño, ese infierno, esa atrocidad o pesadilla malsana, enfermiza, borra, me, dios, por favor, esos, putos, recuerdos. También el tal Browny es excesivamente listo y bueno y como puesto a propósito por el ayuntamiento, qué miedo.
En fin, que es como una obra teatral que está a nada de ser un simple y animado vodevil, tan bestia como un poco bastante anacrónica.
Una vez más al el hombre blandengue nadie, ninguna mujer o vivo ser, lo desea, como mucho se quedan con él por conveniencia para guardar las apariencias, todo por la pasta y la posición social, nada más. Ellas los prefieren malotes erre que erre, tipejos, brutotes, lo de siempre.
Está claro que las mucho más viciosas son las puritanas, de eso trata en el fondo este coso, de que tras el puritanismo y el afán de control y represión acecha un deseo insatisfecho, que nadie goce ya que yo no puedo.
La transvaloración de todos los valores, la puta es monja, ay ese cura, y viceversa.
Tenían que haber acabado jugando al tute, todos, comuna, orgía, ya que en realidad eran hermanos, ellos y ellas como bien por ahí se apunta o insinúa.